, sentí que un escalofrío recorría mi espalda. Las advertencias de la directora
forzándome por mantener un tono tranquilo. "Pero debo ad
prensión, sin apar
sa enigmática. "Simplemente me siento fascinado por su belleza y s
te sus cumplidos. ¿Quién era este hombr
arme ahora", dije, buscando una excusa para alej
l, haciendo una leve inclinación. "Espero tener l
ión. No podía dejar de preguntarme si este hombre era en rea
tre los invitados y
ió a acercarse a mí",
el ceño, escanea
te dijo?" pregunt
l encuentro, y ella apretó
mismo hombre del que la directora te advirtió", dijo, con firmez
peso de la responsabilida
ias, te lo prometo", le aseguré. "Nada
os alejamos del hombre misterioso. El resto de la velada m
talmente. Ese hombre y su interés por mí me inquietaban profundamente. No p
a su despacho. Sentí que el corazón se me aceleraba, preguntándome si
ctora, con su habitual seriedad. "H
ando de mante
e algo?" pregun
rprendiéndome. "Un mecenas de la compañía ha expresado su deseo
dedor. ¿Un patrocinador? ¿Acaso se refe
unté, tratando de procesar la in
a me miró c
osos y acaudalados en el mundo del ballet", explicó. "Al parecer
ra me había advertido sobre ese hombre. Evidentemente, sus in
ué decir", balbuceé, s
me observó
tela. "Pero también conlleva ciertos riesgos. El señor Volkov es conocido
tiendo cómo el mie
a cambio?" pregunté, te
a me miró c
es a los que asista", reveló. "A cambio, te proporcionaría todo el a
ese hombre? Eso significaba convertirme en algo más que una bai
n firmeza. "Mi danza es lo más importante para mí. No
con una expresión de
és de esa propuesta. El señor Volkov es un hombre peligroso, y no puedo
nquila. "Puede estar segura de que no voy a deja
a los ensayos. Tienes una función importante
ómo se había atrevido ese hombre a ofrecerme semejante
duo tenía tanta influencia en el mundo del ballet. Si se
s fluyeran con gracia y precisión. Pero en el fondo, mi mente no dejaba de dar v
función, salí al escenario