l salón y la mayoría era de desc
momento ninguno de ellos ha sufrido lo que nosotros y nunca confraternizaro
de sus bosques en tu juve
s con intenciones de averiguar quién estaba detrás de las últimas invasiones, porque en nada se asemejan a las primeras, ya que ahora visten uniformes militares, están mejor organizados y son más numerosos... Quienes ahora nos despojan
cuello un invisible grillete el cual nunca podrán arrancarse, está el que asegura que alistarse con más ahínco para defenderse por medios propios es lo que se debe hacer y no faltan los quienes aseguran qu
e roble, con voz menos imperante y contemplándola embelesado, pues desde hace ya algunos meses se siente atraído por su
ponde, en cambio,
edor, y el adulto los contuvo y cuando le expliqué el motivo de mi irrupción me llevó hasta una cabaña en lo alto del cerro, donde aguardaba un grupo de ellos. Pregunte por Sat
r donde Aluxx, acaba de entrar. El resto también lo contempla e
nsmití el mensaje de mi anciano abuelo, y los obsequios que llevaba, y por último les mostré un medallón que Sat
no nos aclaras si decidieron unírsenos e
e ellos ya no estaban atados a un jurament
nidos y se detiene junto al asiento
vistarme con sus líderes principales y les revelé que el nuevo gobernante del imperio de Merthalia, ya no solo se conforma con diezmar a las aldeas y pequeños reinos... Ahora ambicio
o intrigado -confiesa Dortho- anciano Chiferi
e tiempo y después de beberse medio tarro de
fue entonces que de los tres hermosos y fornidos jóvenes, que estaban a su lado, uno se puso en pie y me describió que él era el causante de las penurias sufridas, ya que se enamoró de la princesa Falaxia, quien a su vez era la hija de Pettux, rey de Merthalia, la joven lo correspondió con igual sentimiento. Romance que a pesar de que intentaron mantener lo más escondido posible
or la promesa hecha a su amada -indagó Atkor, pero mirando
chos deben haber escuchado aquellas viejas noticias que una vez se propagaron de pueblo en pueblo, y narraban la misteriosa desaparición de la princesa Falaxia. Pero yo descubrí que ella se quitó la vida cuando a su amado lo sorprendieron y asesinaron s
as se repiten acompañados por los de las botas contra los tablones del suelo. Hast
par de carneros fuera más aceptado, al fin y al cabo quizás sean bestias atrapadas en cuerpos humanos que quizás fueron cas
os que pueden ayudarnos a combatir las huestes que
mirada de profundo desprecio de la hermosa Haxnia, quien en su visita al bosque se sintió espontán
forjar más armas, aquí contamos con excelentes herreros, porque un humilde azadón no derrota al ha
obtenerla en nuestras tierras, lo más probable es que después de la próxima contie
erritorios en busca de expertos luchadores y los contrataremos para que entrenen al pueblo. Las invasiones suelen ocurrir en las estaciones que p
de buenos maestros militares, quiero cercior
on combatir en el último ataque, sé que tien
todas las opiniones coincidían y cuando ya n
decidos y de paso estaremos al tanto de sus decisiones. Dentro de cuatro días mi nieta y dos acompañantes que ustedes escoj
pasada al poblado todo le parecía normal. No era así, pues temiendo que el imperio enviase espías, los ancianos del consejo habían decidido de que todas las tardes y por grupos, escogidos habitantes se internaran en los bosques del poniente pa
rlanchín, se adentran en los bosques de las colinas y por orientación de Haxnia, desmontan y sujetan las
son largas y afiladas -les rec
an lampiños como los de un bebé mostrando definición en cada músculo y les sonríen amigablemente y la nieta de Chiferis, ya ve normal estos sorpresivos encuentros, no resulta igual para quienes la acom
obstante, los que tiene delante los superan con creces, por su parte Jaesiss quien nunca fue muy atlético, siente envidia al verlos y e
tes de los bosques del cerro. Por favor, conduzc
mbros, su ancho pecho se contrae y dilata con cada respiración, entorna los ojos color ámbar y se le acerca lentamente por detrás. Los compañeros de la jov
regresaran al bosque... Lo sabes hija de la aldea...
ente el cuello y
cuentra culpable por mi osada precipit
erca la boca hasta casi tener el oído
decerles a tus dioses que te hayan enviado. Ahora es lamentable que no te encuentres sola, pues, ya te hubiera toma
le responde casi i
s lo que siento por ti y nunca esperes ese ruego porque
renacidos, uno im
s ante el líder, recuerda que debem
ió celos y en su mente se desataron desenfrenados pensamientos y todos relacionados con momentos cargados de erotismo y