sin embargo era un hombre que no era grosero y mucho menos de hacer desplantes a nadie. Así q
. El pelinegro sonríe disimuladamente al mirar de reojo hacia la salida de la ins
.
aba que su prima era virgen, pero no creyó estar en lo cierto. Pero si lo pensaba de
quieres se
n malo co
eso? ¿O ese cosquilleo que sie
eiteradas veces justo cuando recuerda esa mirada grisácea que la p
nía s
de eso, no estoy i
me decirte que tú te l
ntana sintiéndose un poco mal por no poder continuar con su voc
deseaba con to
.
ás vueltas que le diera al horario no conseguía la estúpida
clase -se queja enfurecida, odiaba aquella instit
percatarse de que mientras avanzaba más los estudiantes iban desapareciendo
egresar y bus
ugar. Y bueno, esperaba tener suerte y encontrarla... Livia camina de regreso, pero ante
horario percatándose
a he enc
erta entrando inmediatamente en ella. Livia se detiene abruptamente
a la única
azos. Ella traga saliva en seco al mirar nuevame
evo nos
nto -ta
un cigarrillo contra el escritorio para luego te
ce las manos en sus bolsillos mientr
. creo
que parecía bastante perdida y eso le ca
la mirada para ver el horario en sus manos. Era la misma aula, no ente
e dice mi
e su brazo, Livia se percata de aquel
sus miedos para entregarle la hora, en lo que
nsancha la mirada al escucharlo pronunciar su nombre, ella
quiere
ina hacia ella abarcando casi todo su espacio pe
ema cercanía de ese extraño, pero aun a
enti
lando con su dedo que ella se encontraba en el lugar incorrecto de la institución -
once
or la hora de entrada y el profesor que te asignaron no lograra
pación que le provoca compasión. Era una niña muy hermosa,
dos, era evidente que no llevaba ni una pizca de maquillaje encima. Sus
mirada de ese hombre que le inmoviliza el cuerpo de inmediato-.
onde con un
de sus labios logrando entre abrirlos un poco hasta ver los
omo en trance. Solo sabía respi
de Livia, en cuanto roza su boca con la de ella siente que la rubia se sobresalta
el pelinegro cierra los ojos justo cuando su lengua invade el interior de la boc
el suyo. Ella ni siquiera lo estaba tocando, de hecho no le respondía al beso. Al separarse
posición en la que fue besada. El pelinegro frota sus húmedos la
musita m
hizo atreverse a arrastrar su frágil cuerpo al escritorio, termina por sentarla
el cuello, Dante vuelve a apoderarse de sus labios, pero en aquel momento toma
ambos cuerpo. Lentamente una de sus manos desciende hasta la curvatura de
el muslo de ella, ese día llevaba una falda de pliegos, era extraño ya
se quejó ya que
ra sentir la piel de su pierna, Dante relame sus labios al
uiero que
omo si de verdad
e los ojo
que no entendía lo que estaba ocurriendo, pero lo que estaba exp
os ojos grises la hipnotizaron nuevamente. Eran tan cautivadores y
misma sabía l
u.
ro que me ve
de su pierna hasta localizar la liga de su pantaleta al costado
cuerpo con un solo brazo y hasta que la pantaleta no la saco por su tobillo él no desistió. Dante mu
carne de sus labios exteriores se percata de que ella se encontraba empapada. Él ensa
edos dentro del cuerpo de esa mujer se perdería. Sin embargo lentre los pliegues de
rtemente como si estuvie
en cuanto siente la extrema humedad
mismo tiempo que la sujeta del mentón -
cisamente por lágrimas, ella estaba completamente excitada. Era un niv
dos? -musita contra sus
.. por...-Livia tr
su sexo? ¿Por qué le hacía eso? pero sobre todas esas pregunt
a agua la boca, era inexplicable, pero ella deseaba más y sabía que e
suaviza la mirada en cuento siente qu
or favor...-Livia se aferra a los brazos de ese hombre, pero su
por retirar los dedos del coño de Livia, lleva la mano a su boca siendo objeto de m
e, Dante abre los muslos de Livia para ver aquel
da! Esto e
ubrían la abertura de su intimidad eran tan rosad
que me la p