caba a ella y levantó la
sonido de sorpresa. "
zim se apretaron
entamente extendió su mano hacia ella. Una vez más, su mirada se movió entre su cara y su mano
nció e
su establo. Los que exigieron mucho tiemp
ualquiera de los dos. Su ceremonia de matrimonio e
aún más la mano. "Levántate"
de pie e inmediatamente jadeó y dejó ca
notonía se extendía desde la parte superior de los despeinados mechones de c
a una niña como había
io de curvas debajo de la ropa eran una indicación. Ella le llegaba a la barbilla con sus zapatos
que llamaba su atención. Nada más. Dio un paso atrás, cruzó las manos a la espald
"Preguntó de nue
ayó al suel
la",
o su mirada permaneció, una vez
d, Alteza"
ado tímida para su menguante paciencia. Pero al me
s tu pap
semana pasada, cuando me agregaron al p
que su cabeza volviera a levantarse. Pero finalmente, su mirada se encontró con la de él y rápidamente
y su respiración se volvió agitada nuevamente. Nazim se obligó a no mirar los suaves gl
a se ha ido,
Resistir el impulso fue difícil. "¿Se ha ido adó
sé, a
mos de otra mane
luego se aclaró la garganta. 'No, Su Al
acarició la nuca. "¿Un hombre? ¿Q
su nombre,
mbre desconocido se la ha llevad
su atención hacia la curva regordeta y enrojecida de su b
ue sabes",
ue, alteza, pero ella
samente, Nazim no se enfureció por sí mismo. Más bien, la decepción inminente para su pue
jo algo que te h
lda y emergió con un trozo de papel doblado. "Él... él me ordenó que le diera esto a la princesa Da
mientras desdoblaba la hoja que reconoció como u
e una vez. Ent
sta que tembló con la fuerza de sus emociones. La bruma roja de la furia regresó, más profunda, impr
ud expectante se extendía por el horizonte. Los ciudadanos emocionados y los turistas ansiosos que habían volado especialmente para esta o
do y pagano afirmara por escrito que h
idad más. Pero Nazim no le dio ningún lugar, porque ahora se enfrentaba a un problema monumental. Aparte de la humillación de
irmar por sí mismo que la afirmaci
ilado sobre Haidar cuando hizo su inolvidable aparición por primera vez en el funeral de su ma
con una risa amarga lo oportuna que había sido la venganza de Haidar. Su medio her