quella hermosa y sensual mujer que se había lanzado en sus brazos la noche
mir y recordando la noche salvaje que habían tenido junt
ocerla del todo, pues aunque Albert ya había marcado cada centímetro de piel d
de despertarla, besarla y saltar sobre ella para reclamarla como suya
se había enamorado y ya habría tiempo para conocerla, cosa que no le preocupaba, todo lo con
u cabello, su extremadamente blanca y tersa piel, ese aroma dulce y floral que lo llamaba, volvi
icio a la habitación, él no tenía ni idea de lo que a ella le gustaba, por lo que pidió de todo un po
irigió al baño par
onido de una puerta cerrarse, la c
se las sienes, al tiempo que se sentaba en l
e estaba completamente desnuda, instintivamente se
n lugar desconocido, era una habitación impresion
ella recordó que había asistido a una lujosa fiesta con su novio
ella no quería, ella lo rechazó, sopesó la joven con el dolor del error que había cometido, ¿por
ro nuevamente, pensativa, ¿dónde estaba
n un movimiento rápido se quitó la sabana de encima para mo
ndo que la joven se apretara con fuerza las
recordar esas cortas imágenes. Megan levantó el rostro sintiendo como se le detenía el cor
opa, ella comenzó a vestirse a toda velocidad, cuando algo
ahora lo recordaba, estaba mareada y decidió sacar el accesorio de cadeneta que traía el bolso
él, aunque ella no recordaba esa part
exhalando, aliviada ante sus conclusiones, preg
habitación alterna, como una ducha, la joven supuso
era preferido no verle la cara a su novio, ella sabía que
la tragara al solo pensar que había tenido una primera vez que sie
lo básico, algo de efectivo para emergencia, un polvo co
sintió como se le vino el mundo encima, la sangre se le cong
¿Dónde
pon
tes
una
otro, p€rra! ¡C
ntre, me las vas
o tras otro, así como cincuenta y tres l
«Por Dios, ¿qué hice?», gimió en un hilo de voz, al tiempo que apretaba e
e levantó de la cama asustada, miro hacia una puerta cer
uía allí. ¿No eran dos?, eso dijo Gianfr
a de terror, las lágrimas caían mientras ella se llevaba la mano a la
o lado de la habitación, que imaginaba era la salida,
to vestía un traje oscuro, se veía ser
ta y se encontró con Meg
mismo lugar. - ¿Está bien? - Preguntó el escolta, pensando que quizás esa mujer estaba en ese es
costado, la cual alguien estaba abriendo, «¿Había otro más?», pensó con horror y en
la joven que lo empujaba pegó un
confundida y consternada, suponiendo qu
o el ascensor todavía abierto, así
re seguía llamándola, pero también se había
llegó a planta baja, encontrándose sorprendida al verse en un lujoso y exclusivo hotel,
s? - Musitó ella, pensativa, viendo el ed
a, la cama estaba vacía, caminó por la habitación con preocupaci
ueltas y una pequeña mancha de sangre en la blanca tela,
algo incómodo ante la situación, cuando escuchó el grito de una mujer, no le imp
salida de la suite estaba abierta, y Jorge, su escolta, parecía intent
onfundido con toda la escena. -
hacia su jefe. - La señorita se fue. - Avisó s
de Albert era una liga
ía, al parecer él debió poner más esfuerzo en detener a esa muj
cedido?, ¿por qué Megan se había ido así? - ¡¿Qué haces todavía aquí?! ¡Cor
que no se había quedado solo, una joven del servicio lo miraba detalladamente con las mejill
odos lados, preguntó a todo el personal, inclusive
e a una joven con la descripción que Jorge le dio, era muy hermosa, la mujer pr
para el otro en la sala de la suite, esperando noticias de su e
me dijo que la vio salir asustada y to
que la en
s su nombre? - Jorge s
é. - Respondió Albert
eño
omportaba así, al parecer de verdad estaba muy interesado en esa joven. - ¡No me importa como lo hagas, haz lo que tengas qu