e somos pareja>>,
necesitaba aprender a tener
s arrogante del mundo. También estaba molesta con ella misma por imaginarse que quizás él también se si
que tiene tod
con el mismo aire honesto de s
irector de campaña
para que no sig
de en absoluto ver que
iró sin ente
iaría ver que nos estamos enca
os daños?>>, s
oche anterior fuera para él algo de lo que debía
a de hasta qué punto le habían herido sus palabras. Pens
pegarle un puñetazo-. Bueno, entonces eso es todo... -añadió ella a modo de conclusión. Ese hombre destilaba seguridad y sinceridad por los cuatros costados. Y además era extremadamente atractivo, pero no se sentía atraído por ella. No entendía por qué estaba tan enfadada con él. Había sido una aventura de una noche, algo impulsivo,, sabía que la gente hacía cosas así t
nefasta, pero fue lo pr
a zona que rodeaba s
rás a Beachcombers hasta que los técnicos le den el
epuso ella-. Y
eaba que saliera de la habitación y volviera
-comenzó él con algo de verguenz
que le diera tanta lástima como para imaginarse que esa noche de
rque no sabía si podría controlarse y no darl
s en mi vida ahora mismo que pen
lo ent
ienda, hablar con mis hermanas, ocuparme d
profesional y quería que la respet
eñal de rendición y con media sonrisa en la b
onces la que se sintiera culpable. Estaba segura de que era alguna técnica que apre
entó tranquilizarse. Inclus
tuvo bien, pero ahora hay
tó una ceja a
e de pasión que compartimo
Aquiles. Matthew Landis era un hombre competitivo, ésa era su for
eaba hacer. Quería ver si volvía a mirarla con la msma pasion de la noche anterior. Su presencia le afectaba demasia
epuso ella mientras jugaba con el lazo de sat
isón que había echado a perder de ma
entir el calor de su aliento cuando le habló de nuevo-. Siento mucho lo de la prensa y no habe sido capaz de mantener las
ba a punto de perder el control. Y podría acab
o y apenas pudo soportar su
odales. Era cuestió
n un secador. Se le olvidó traérmelo
intió con
problema con la prensa o
ta y salió de