no hubiera salido corriendo tras él. Le ardía la boca, hambrienta de besos. Ese hombre sie
su mente aún se dejaa llevar por
parecían volverse tontas de repente si
s ideas muy claras, pero no sabía cómo llevarlas a cabo ni cómo podría mantenerse alejada de él cuando ya ha
rrarse de nuevo a su fortaleza y su voluntad, como había hecho siemp
as a sus agallas y al gran autocon
autocontrol para no montar en
s subía en el ascensor de cami
pasado. Era algo con lo que había tenido que vivir siempre. Casi siempre había aprovec
nte, habría sido i
a noche que había pasado con Ashley. Había fotos muy íntimas que no dejaban demasiado a la imaginación. La menos escandalosa era la que el fotógrafo había obtenido mientras se
una de las ventanas reflejaba el momento en el que los dos salían al pasillo camino de
tos o si alguien le habría hablado de ella
asintió de nuevo para darle las graci
o mientras empujaba una puert
aba vaqueros y una camiseta. Las prendas abrazaba
cabeza para señalar el perió
ico del años. Menuda e
de sus dudas. Estaba claro qu
cuánto l
n no se ha levantado, ¿no? -preguntó ella
ndo alguien le llamó por teléfono para informarle s
r que habría sido buena id
menos controlada. Pero s
había sobrecarga en la c
Segundos después, soltó los reposabrazos del
so ella. Se puso en pie y comenzó a dar vueltas por la habitación como una leona en su jaula-. Claro que les importa. A la prensa le interesa cualquier cosa que haga un político, sobre
ella me había estado engañando mientras yo estaba en Washington trabajando. Eso no les importaba... -sabía que tenía que prepararla para lo que esperaba fuera de esa habita
scarme, saldremos juntas por l
atrás de la oreja a
illo. Tu herman
de ra
endía
has d
ntas eludir una pregunta. ¿Qué es lo que estás escondiendo...? -Ashley se quedó callada. Después
bía cómo se le podía haber pasado por alto algo así al director de campaña y al
ema mucho más grave. Debía tranquilizar a un
uro para ella que no tuviera que venir y lidiar
ado tan ocupados como tu director de campaña -protestó As
coche está aparcado fren
ación, pero acabó por rend
es salgamos, antes podr
acribillarlos con flashes y preguntas. Escudó a Ashley como mejor pudo y la llevó casi en volandas hasta el coche. Sabía que más fotos de ello
ente consiguió acceder al asiento del conductor. Cerró la
r sobre el asiento
ón, no pensé que iba a
lo, pero eso no ha sido nada y no creo que vayan a dejarnos t
pero reunió fuerzas para i
mprarme unas buenas gafas de sol
ue sabía que todo lo que estaba pasando a ser mu
ar en paz. Llevan muchos
algo de temblor en la voz-. P
o merecía eso. Todo aquello era culpa suya y debería ser
ería mucho más fácil sobrellevar aquella si lo tenía a su lado. Se la había ocurrido la m