de algodón cuando por fin conseguía acostarse con el ho
servó silenciosa cómo se vestía. Había sido lo suficientemente imprudente como para acostarse con M
o común le recordaba que había sido un error. Para colmo de males, el error lo había cometido
la había quitado ella horas antes, mientras organizaban una cena para recaudar fondos que iba a tener lugar en su restauran
frutaba dirigiendo su propio negocio y con los simples placeres que tenía a su alcance. Eran cosas que valoraba especialmente por su experencia personal. Se había criado en hogaes de acogida. Él, en cam
tusiasmo. Era un hombre c
diría de ella o si se l
cruje al pisarla, así que será mejor que la evites si
ganar su puesto de diputado, parecían estar llenos de culpabilidad. En unos meses p
e los sitios -se defendió-. Me
o-. Así que, desde anoche, has empezado
amente dormida -
ué consid
los zapatos
de anoche
. La verdad es que ni siquiera somos amigos. Sólo somos dos conocidos con una relación comer
es pensamos igu
vas a tener tiempo pa
o medio vue
as que se conservaba en pie desde antes de la guerra civil y el restaurante que habían ins
rás de la mansión. Después de que sus dos hermanas se casaran y se mudaran a ot
ras pasaban al lado de la tienda de regalos y llegaban al vestí
r de copias del contrato que
do un buen rato para repasar con ella algunos detalles de la misma. Nunca se hubiera i
a más, no se le había pasado por alto lo rápi
rtido en una mujer independiente y llena de orgullo. Ese sentimiento era el que mantenía su cabeza alta y su espalda recta, una postura q
llam
lamarás>>, pensó ell
o lo empezamos. Sólo se trata de negocios -repuso el
Después la aceptó sin sacudir
pesar, lo hizo
lver a la cama y dormir un po
otras razones porque sabía que no lo conseguiría, no despué
el orgulo dejó de mantenerla en pie y se derritió. Se ac
o él. La llama se había encendido entre ellos de repente y, en ese momento, lo ú
os que tenían en el vestíbulo y se fijó en la zona donde tenían la lencería fina. Eran modelos inspirados en d
endas de algodón blanco, un tejido mucho más resistente que su duro corsé corrector no podía dañar. Ya no necesitaba llevar nada parecido. Su es
tienda. Se dirigió con paso decidido al aseo público. Le
rnoz y dejó que
desnudo como una refrescante ducha t
intentar relajarse y crear algo más de ambiente. Se tapó con la delicada colcha que h
s, de manera más profunda, y comenzó a toser. Se incorp
a h