años
lquier rastro de vida en toda la extensión. La luz de la luna era lo único que iluminaba las profundidades del bosque. Los animale
leves gruñidos. Los copos gruesos cubrían los dos cuerpos que se hacían paso después de un agotador día
no era nada agradable. Aún faltaba camino para llegar a sus residencias, pero al parecer tendrían que bu
as veces para que el más joven de los dos descansara y la visibilidad de camino cada vez era más
aron. Se removieron para quitarse la nieve de encima y quedó visible el pelaje grisáceo del más grande y el color marrón del más joven que
e baje la tormenta- dijo e
terior de la cueva que estaba oscura y gruñó. Sky a pesar de s
a?- se acercó c
a la cueva unos pocos metros hasta encontrar un pequeño bult
e un maldito humano. Frunció el entrecejo y gruño más fuerte. El bulto se quedó tieso por
sintió un estremecimiento. Uno bastante extraño y para nada familiar
ra lo más lógico, era un humano en sus terrenos,
a del humano, más bien comenzó a acercarse cautelosamente ha
rer huir de ellos, más bien, incluso el beta había notado un leve brillo en su mirada. El alfa movió su
quedó s
iz debido al fuerte frío. Los mechones de su cabello rubio, que se escapaban de su moño alto le caían sin control sobre sus hombros húmedos, seguro por la
algunos segundos hasta q
o que ella dirigiera la mirada del alfa hacia él- Acaso estás perdida o
ta que habló con una voz ronca
s de esto comenzó a to