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olvido los que estaban involucrados en mi horrible desgracia, no olvido lo que presencie desde mi temprana edad, ahora solo de sentimientos románticos, mi carácter es pésimo diría que no soy empático con nadie, vivo para mí y para mis objetivos principales, odio la hipocre
is padres adoptivos piensan lo contrario, gracias a ellos tengo una familia y mucho dinero, pero tam
l ver entrar a l
uspirando me levanto de mi silla y veo la ciudad desde el Pent-house, todos se ven pequeños ahí abajo. Riendo decido empezar mi plan y es casarme con la Hija de Don Roger del Castillo,
cual asiente rápido. Todos en la empresa me temen por mi mal cará
la llamada, hoy no quiero verla, a veces aburre su insistencia, mi objetivo prin
a a todo volumen me pongo mis lentes de sol y salgo a todas madres de la estaci
*
burla, no se imaginan que pronto estarán en la quiebra, ya hice mi primer movimient
ompré en la Joyerías más cara de este país y negando lo vuelvo a guarda
or Taylor. - As
n iluminados, su cabello rojo la hacen ver hermosa ni decir de la ropa que
brazos dejando un suave beso en su sien-Pensé que no ve
cariño.-sus ojos son hermosos y al verme son aún más, est
es tanto? -in
do su delicado rostro en mis manos pa
ró de mi apenada, sonreí de lado, vaya que señor
mi novio- mencionó mi novia. No e
o con sarcasmo a lo que mi suegra aclaro la garganta, a los minutos aparece Don Roger
tenerte aquí-Expreso mientras nos dirigimos a su despacho-Como estu
eresado, si supiera lo que p
ablado con él y pr
eclaró riendo como un viejo Baboso.
uerer venderme a su propia hija por unos cuantos terrenos, lo escuche hablar claramente pero que no se preocupe su hija y su viñedo serán míos antes q
e sea mi esposa, estará feliz que ni podrá conciliar el sueño. Mientras estamos abrazados en su
es algo atontada, pobrecita, sin embargo, eso no me conmueve, de hecho, nada me conmueve a mí, todo me da igual. Aún no sé qué enfermedad y tampoco me interesa solo sé que no sale mucho y tampoco debe agitarse
ía a alguien, pero no, por ahora no quiero pensar, lo que si debo pensar en cómo será mi boda y q
e su
ese sus suaves labios para apaciguarla, sus ojos verdes son tan
do es sentir paz, entonces quede en un estado de calma quizás q
nsativo, mientras tenías una s
que guarde en mi saco, tomo sus manos alejando mis l
s, me imagino que quiere llo
e sea tu esposa- asie
riño, ya no quiero
tonta...-puse un dedo en sus labios para qu
toda la vida, y tú, no deseas eso-llora bajando la cabeza
pero yo no, por lo tanto, de mi boca no puede salir esa palabra. Nos abrazamos dándonos un delicioso beso la cual sella nuestro compromiso, y de lejos puedo obs
*
eo a Nala echada encima del sofá,
echa de casamiento y quise que fuera lo más pronto posible, así que en dos meses me caso. Don Roger quería que hiciéramos una
s y en mi mente aparece muchos recuerdos de aquellos tiempos, recuerdos que me obligue a
ufando salgo del baño, seco mi cuerpo, pero el timbre de mi a
, me has extrañado-Ni
van a mi abdomen mojado por el agua, la