e quitarme a mi padre... y tomar el lugar de mi madre. ¿No entendió esa mujer
muerte por el resto de su vida. Entonces entendería lo que estaba pasando dentro de mí y se daría cuenta de que no era una adolescente que buscaba atención... era una mu
izado y maltratado durante muchos años de mi vida. D
nsación de partirla por la mitad era extraña y al mismo tiempo satisfactoria. Tenía tantas hojas... Estrechas, pero largas, una a una aferrándose a las delgadas ramas, que descendían como olas hasta el su
i pude identificar que clase de árbol era, ya que lo describí en internet y había varias especies, pero ninguna de las que vi en mi sueño. Tal vez nunca sabría a qué se refería... O
a abrirse, mostrando que ya amanecía el día. Salté de
o, acompañado de medias negras y zapatos Jimy . Choo . Encima, una blazer Dior, con detalles en blanco. Pensé en ir primero al salón y arreglar
daba que cuando estábamos al sol, decía que su cabello brillaba.
a cambiar de look. Al final me gustó mucho el resultado, aunque Moana
guir estilos y tendencias, exactamente para diferenciarme de los demás. Como mis ojos variaban entre
ciales como "Danna Dave asesinó su cabello". No sabían lo mucho que me divertí con los comentarios desagradables, lo que me hizo querer cortárselo por complet
as clases. Me senté al lado de Moana y tan pronto como llegó el
ivamente. Mientras me explicaba el material, demostró confianza
y mi coño. Y en las clases de otros profesores tampoco podía concentrarme porque mi mente seguía en Jax y el tamaño de lo que tenía entre sus piernas, que rozaba sus p
todos abandonaron el salón. Cua
desde fuera. No quiero a
de hombros – Es que no
en el que te metas, no te preocupe
n se vació. Tomé mi libreta y me acerqu
as. – Mi vo
i "alguien tenía alguna pregunta". – No miró en mi direcci
era su mayor tentación. Puse mis manos sobre la mesa y bajé ligeramente mi pecho
ualquier pregunta que teng
ndo, colocando su mo
ñorita Dave? – Respiró hon
eció el regal
obre tu pregunt
ice... - Me mordí el labio, libidinosa
namorado de mi esposa y amo a mis hijos. Y créeme, no po
que el auto que te regalé vale el equivalente a cinco
idad. Para usted, como para cualquier otro estu
alquier otro... Mi padre es uno de los mayores c
ngo nada que
ga tu s
su padre, señorita Dave. En cuanto al coche, lo d
ue pasamos una noche perfec
mos una relación sólida
sposa y los mocosos que tuviste! – grité – ¡
tero... Aún así no tendré una relación c
do mía, Jax. –
escente mimada? No soy tu objeto... Y no estoy dispuesto a ser parte de tus logros frustrados y de tus relaciones problemáticas. No me
ruiré. – me escuché decir, golpe
e casado, feliz y fiel. – Ni siquier