psed Moom. Había intentado durante un año conocerlo, hacer las cosas que le gustaban, su
diaba estar emparejado con ella. No importaba cuántas veces exigiera saber por qué ella le ha
cuerpo le dolía y había un dolor considerable entre sus muslos, tropezó al salir de la cama después de apartar
ón casi dejó de latir, Westley Carlton, el cuerpo dormido del futuro Alfa de su m
que era de día afuera, debió haber estado desaparecida toda la noche. Él echó un vistazo a su estado de magulladuras y comenzó a gritarle a We
ón, sus ojos verdes se posaron en ella, parecía más que sorprendido al verla de pie allí tratando desesperadamente d
me h
dido. Esto no podía ser culpa suya, ni siquiera h
pantalones y se los puso. Para sorpresa de ella y de West, su padre no se calló
raré de que cumplas con lo
ó de la habitación enfurecido. Dejando a su padre tendido en el suelo
tás bien?
e a la oficina del Alfa. El Alfa Damien la miró a ella, y a su estado. La marca en su cuello,
ado de West, el hombre estaba parado en la habitación mirándola fijamente todo el tiempo, parecía no importarle su dolor. Jo-anne le
dado por desaparecida, temía
tado desapareci
días, de hecho, hemos tenido patrullas buscándot
r qué nunca la encontró
llevé! -g
ahora era responsable de ella. Tenía que tomarla como su compañera, le gustara o no. O él mismo informaría
o había defendido a su hija, con la ley de su lado. West gritó que era ridículo obligar
ró su estado, jadeó y las lágrimas se derramaron por su rostro. Sorprendió bastante a Jo-anne, no hab
xigió saber, la abrazó suavemente
t se había disculpado. Le dio algunos analgésicos y le dijo que aunque su loba era joven, la sanaría por completo en unos días. Alfa Damien había tomado la decisión de que Westley debía honra
alcón, desayunando sola como
ión, pero él y ella no podían hacerlo. Su padre dijo que no, porque si el consejo se enteraba, y Alfa Damien creía que su padre iría a contarles, West no solo podría ser despojado de su tít
contara qué había pasado ese día, por qué le habí
a en absoluto, estaría contento de que se fuera durante unos años. Probablemente encontraría a alguna loba con quien acostarse mientras ella estuviera fuera, y en ese momento podría rechazarlo, esa er
ir a sus lecciones de Luna, ni siquiera
ES DE
e. Su aura de Alfa emanaba con tanta fuerza mientras la miraba, que ella le of
-le gritó, empujando más de
estaba intentando resistirse, ya sabía mejor por ahora, pero no importaba, aún do
con dolor en su voz par
e digas por qué me hiciste esto -su aura d
sión absoluta, con lágrimas brotando de sus ojos, con un dolor cegador desgarrándole la cabeza
todo su poder para obligarla a responderle, ella no
ese día, pero esta vez sentía que iba a matarla de verdad. Podía oler su propia sangre, verla en el
no podía resistirlo físicamente. A West parecía no importarle en absoluto. T.J tuvo que decirle que la est
z había sido demasiado. T.J siempre acudía a su rescate. Era el Beta de West, pero había sido su amigo toda su vida, no record
suelo y la sostu
, Jo-Jo. Está muy confu
que hacerle eso para creer en ella, incluso bajo la car
ón o rechazo. Se alejó de él en la medida de lo posible. No podía realmente odiarlo, nunca había levantado una mano contra ella, su situación, que ninguno de los dos quería, pero se veían forzados a estar en ella debido a las leyes de los lobos que harían que le quitaran su título. S
ES PARA SU C
18. Ni siquiera había hablado con una sola alma en 4 semanas, sabía que la g
ó levantarse de ella y simplemente s
-él había preguntado,
rlo, aún no le había dicho una sola palabra desde el día en que l
s ojos se movieron hacia ella brevemente, antes de volver a la ve
ti misma para el anuncio -le dijo él-.
l le había dado la semana después de que se mudara aquí. Nunca la había usado. Nunca había usado la ropa que su madre había comprado p
a los pájaros volar, se levantó de l
n su voz, estaba en el baño. No le gustaba cuando
en la barandilla, subió y se lanzó sin pensar, lo escuchó gritar su nombre,
los
ibir el impacto del suelo. Ella era más resistente, más fuerte y más probable de sobrevivir una caída de 4 p
staba sentado junto a su cama. No lo miró, no necesitaba hacerlo para saber que era él,
e. Ella no lo miraba ni una vez, no le habló en ningún momento. Él no intentó tocarla, solo se sentaba y, por lo que podía decir, la observaba. Mantenía lo
sería muy diferente a partir de ahora. Que las cosas mejorarían. A veces le suplicaba que le hablara. El
ama cuando le permitieron salir del hospital, no quería estar a
r, también todas las ventanas, no habría una repetición de su
oches. Solo podía ser Volt. West nunca la tocaría así. Su lobo había amado a Clova y probablemente extrañaba a su compañera. W
tido estilo sirena negro más hermoso colgando en la puerta del armario, con cristales en el corpiño, bonitos como diamantes, pensó dist
vida, uno que no quiero. Uno que sabía que West tampoco quería. Estaba colgando ahí, el color de ese vestid
o se pondría ese vestido, se levantó de la cama donde había estado acostada durante
sido aceptada en la universidad de su elección cuando ella no la había abierto, él
ro y que había valido la pena. Había estado sentado en la cama a su lado, sus ojos se habían mantenido fijos en el otro lado de la habitaci
los pijamas por primera vez desde que salió del hospital. Empacó su única maleta, la misma con la que llegó. Se iría solo con lo que había traído, n
rchero, caminó hacia la chimenea, lo arrojó dentro, le prendió fuego, y se quedó allí observa
e detuvo y miró al guardia. Él la miró un poco má
ella estaba unida al futuro Alfa y, a partir de maña
ca maleta allí. No dijo nada. Presionó el acelerador en el momento en que las puertas se abrieron para que pudiera pasa
do ese tiempo. Ahora estaba conduciendo su automóvil con una maleta en la parte trasera. Habían enlazado mentalmen
o para ser la futura Luna y finalmente podía
no quería lastimarlos. Puso el auto en punto muerto, tiró del freno de mano y salió, aunque lo dejó encendido. Se apoyó
vedad, así siem
eído siquiera una vez. Probablemente era guapo, ella no lo sabrí
vas? -ex
s meses, desde que había salido de su balcón. Lo miró, no sintió nada al mirar sus ojos ver
ue le dirigía en seis meses, desde la última vez que él la había ordenado
tes de que oficialmen
nimosidad en sus palabras, no intentaba lastimarlo. Lo estaba liberando, al igual que a ella misma-.
recía menos enojado c
a. Todo es culpa mía. Me echas la culpa... lo has dicho muchas veces -le recordó calmadamente todas las cosas que algu
es... -casi sonaba
esto de la mano para interrumpirlo.
s, West, es so
a de esta manada. ¡Mañana... y eliges ahora para irte! -volvió a estar eno
tió-. No
una sonrisa triste tocó sus labios, no podía entenderlo. Él no la quería, nunca la había querido, ni por un
te y lo miró direct
mpañero -declaró con calma. Ni siquiera le dolía, pensó, de verdad estoy
enaban de ira, y podía sentir
taré -gruñó
no lo aceptes -encogió los hombros-. Me voy, a obtener mi título y vivir u
había tomado su decisión y aunque él aún no lo aceptara, parecía
n realidad. West solo nunca había dicho las pa
la vuelta para
i le suplicara, ¿por qué estaba luchando contra e
e y encuentra a alguien que pueda hacerte feliz. Alguien... -suspiró suavemente-, que realmente d
or favor, n
tado a mí, en dolor para
y Carlton, acepto tu rechazo, Jo-anne Morris, ya no
iberado a los dos, ahora ambos podían seguir adelante. Ambos