l año - expresa Isaac, mi mejor amigo de toda
tipo de lugares y lo sabes
maginar a las diosas bailando semidesnudas y seductoramente ante un grupo de
nríe ladeado -. La única diosa que mueve ca
er - pasa una mano por su cabello, tirándolo hacia atrás, dándole el toque de chico malo y a la vez ar
a victoriosa -. A fin de cuentas ustede
i tu eres el del dinero
l que me está i
es
tación igual de sonriente que siempre -. No sé ustedes,
o el
siente con una sonrisa -. A d
pero no entiendo por qué no ir a una barra - suspira -
e venden su cuerpo, y entre más rá
no le importa bajarle las bragas a cua
de llevarlas a la cama, para aclararte -
ión, habla muy pocas veces. Para mí es el más i
como si ellos fuesen a recibir una torta, felicitaciones y muchos regalos. Es ridículo, pero por lo menos me hacen la compañía que necesito. Isaac lo sabe y aunque me infle las pelotas con este tema de la bail
ien sabe que cosas más harán por conseguirlo. El viaje en el auto viene acompañado de una charla muy común entre hombres, donde nuestro principal tema son las c
de la ultima vez que vinimos - cruzo mirada co
d, amigo - co
a estos lugares son ustedes.
es lados y más nada. No se ve tan mal como llegué a pensar que era. Bajamos del auto y entramos a la barra, me sorprende la oscuridad y la tenue luz roja que cae justamente en la enorme barra donde hay un total de
a Isaac sin apartar los ojos del escenario -.
ampoco me importa comprender, mientras Mikel y yo los
s traen una botella de Whiskey y cuatro copas. Seg
e veintitrés años llegaste a este mundo, a intoxicar de placer a toda chica con solo la mirada -
xel - estos tres parecen una gr
y chocamos las copas para
uy contagiosa nos hizo callar de inmediato. Una de las bailarinas aun con la máscara cubriendo su rostro, traía su teléfono en mano y
de sensualidad -. No sabía que el salón
ro trago, viendo a la chica de pies a cabeza. No está mal -.
con una sonris
o.
bí del whiskey lentamente viendo a la mujer hermosa que acaba de llegar -. Buenas noches, ¿son us
el hay una fina capa de sudor, para nada asqueroso. Sus senos son de un buen tamaño. Además, usa un traje negro, demasiado pequeño. Cada tiranta estruja su carne y la hace ver sumamente sensual. Este mismo
o a Isaac tartamudear, debe ser la fantasía de la que tant
oy Casandra, es un gusto y placer tenerlos esta noche tan especial con nosotras - deja una silla en el centro del salón y camina hacia mí, de m