de ella, por lo que por mi cabeza pasan un sinfín de acontecimientos que pueden suceder. Pero lo
norando esas palabras que me dijo hace unos días en el auto. Entiendo que debe sentirse presionada y algo nerviosa, pero sé que será l
reparar una cena y un ambiente romántico para empezar a conquistar el corazón de mi esposa. E
amar. La amaré hasta el cansancio, hasta que se dé cuenta de que me ama por más fría que quiera parecer, hasta que de sus labios escape mi nomb
alé lo mejor que pude, luciendo ante el espejo mucho más juvenil de lo qu
en mano y una ansiedad que nunca había sentido antes. Una taquicardia
der atacar sus labios como tanto lo he deseado. Siempre me he contenido por tem
s en rojo. Sus ojos azules recorrieron mi aspecto en una mínima fracción de segundo, para luego dar en mis manos donde el ramo
la casa y miró toda la decoración con el ceño frunci
venir acompañada, mi am
ello nos evitamos estas sorpresitas? Sa
o y patético. No sé en qué estaba pensando cuando me dejé llevar por el impuls
nseño a Noa su habitación y le indico sus funciones
ación que había sobre esta. Recogí cada cosa antes de que regresara y me encerré e
a. Aunque nos casamos por ayudar a sus padres a no quedar en la ruina, sí me hice muchas ilusiones que al día de hoy siguen vi
ella. Quizás no fue la mejor manera de ganarmela y puede que ese sea el motivo de su odio, pero jamás he he
tan las cenas románticas, tampoco que le regale flores
onquistarla? ¿Acaso lo hago mal o definitivame
samientos y me enderecé en mi silla, dándole la orde
a bandeja con una taza de café. Pude notar el temblor en
Su esposa me ha pedido que le
tes de que se le fuera a caer de sus manos. Se v
. Y dime Kari
os dedos de sus manos-. ¿Podría probar el café para ver qué tal quedó
toy seguro de qu
café, frunciendo un poco el ceño
de decirle que no estaba bien, parece que
n el tiempo aprenderás a medir el café y
o no sa
o es el mejor -la vi apre
o tanto,
tra primera vez haciendo café. A mí me quedaba fatal las primera vec
el siguiente s
si te muestro
trabajo. La Sra. Leroy m
joven para trabajar como empleada. Disculpa si me e
eci
gatha no le preguntó su edad antes de contratarla? No dudo de la chica
est
eza y negó
e al recibirme sin yo tener experiencia alguna en este tipo de labor -levantó la cabeza y sus ojos azules
r, pero no te olvides de ti, Noa. Eres joven y supongo que tiene
r los gastos de mis estudios, así que
vida por delante y no sería justo para ti
ayudarme a cubrir los gastos del abuelo -sus mejillas se tiñeron de rojo y bajó la cabeza-. No le quito más tie
ucada y agradable. Es una pena l
onreí todavía más grande-. Eres muy buena y lo