estancia en el pueblo. Había estado en Seraphius durante seis días, tiempo suficiente para familiarizarse con su entorno y adaptarse a la vida local
toria del lugar y los artefactos mencionados en las leyendas locales. Mientras trabajaba, comenzó a sentir una incómoda sensación de ser observada. Aunque la biblioteca estaba bastante tranquila, no podía deshacerse d
Martha, situada en el borde del pueblo y rodeada de un pequeño jardín, tenía un aire acogedor. Martha la recibió con una calidez g
e el artefacto real desapareció hace generaciones, se realiza un festival anual para celebrar su legado. La
y el festival. Aunque Liora había comenzado a investigar por razones personales, sus interacci
e con los rincones del pueblo que aún no había explorado. Mientras paseaba por las calles y visitaba tiendas y mercados, la sensación de ser observada regresó. Aunque el bullicio del mercado hacía
erdos que había recogido durante su paseo. Mientras entraba en el vestíbulo, se encontró con Rolan, que estaba en
ía ajetreado -dijo Rolan, con un
le respondió con un to
iempo en la biblioteca y luego he charlado c
mostrando un in
staurante en el pueblo llamado La Rosa Dorada que es muy acogedor
a invitación c
upendo. Agrade
ada y se dirigieron al restaurante La Rosa Dorada, un lugar encantador con una decoración íntima y romántica. E
jetos históricos y cómo había comenzado a coleccionarlos desde su llegada a Seraphius. Mencionó, de manera cas
región -dijo Rolan-. Me encantaría mostrarte lo que he encontrado
erés y una chisp
descubrir nuevas cosas, especialmente cuand
l restaurante, con sus luces suaves y el tono íntimo de la conversación, contribuyó a una conexión creciente. En un momento, mientras compartían una sobremesa tranq
s. Una nota en un rincón del escritorio decía: "No estás sola en tu búsqueda." El mensaje, vago y amenazante, aumentó su preocupación. Aunque no había firma, la nota sugería que había una presencia desconocida en Seraphius.