ayudó a levantar y me brindó una copa-. Toma, y bebe

bía implantado en mi garganta. Por poco vómito lo que ese hombre me dio, pues ese trago estuvo

Amelia aun con el leve rastr

estoy

bue

- nos preguntó el mismo hombre, tomando la ma

qué dices? -

e igual forma. Supongo que ten

uy

nciencia dijo basta. Por mi parte, no podía más, estaba a punto de perderme en el mar de los sueños. Nunca me había sentido tan l

amos ir a descan

é, dejando caer la c

a me rodeó con su brazo y me arrastró con

s, subimos por el ascensor en dirección al mi

mi mirada recayó en la suavidad de su boca-. Me he divertido muchísimo, espero que

es un

ué

ella, con la necesidad de sentir su calor y

esarte de nuevo. ¿E

hacerlo, ¿o

juego lleno de humedad y desenfreno. Ella rodeó mi cuello con sus brazos y profundizó el beso tomándome del cabello y presio

s torpes a alguna de las dos habitaciones que nos habían entregado en la recepción. El escalofrío re

pronto cerré la puerta de la hab

. No todos los días soy besada tan intensamente por un hombre tan atract

ntra ella. Nuestros jadeos subieron de intensidad con el pasar de los segundos, no podí

beso, mordiendo su labio i

ó sin descaro, soltando su cabello y dejándolo caer en ondas en parte de su rostro y su pecho. Seguidamente, se dio vuelta y me dio una mirada y una son

prec