nea de ese hombre, creía que era tan malo como mi padre lo había mencionado muchas veces, pues había asegurado más de una vez que los Bardot era una familia de tener cuidado y muy
ha mostrado ha sido bueno. Se nota mucho la intención de enamorarm
- saludó la Sra. Hilda, la ama de llaves del Sr.
ocina con una sonrisa de oreja a oreja-. Por sup
la mañana - la sonrisa que traía en el ros
e sirvas nada. Hoy saldré a c
bien que no debe s
antes de salir corriendo del apartamento, tomé la nota que
ta. Recuerde que el chófer l
o te preocupe
la nota que Jacob había escrito para mí sin prestar atención a nada a mi alrededor. Mis pasos eran lentos y torpes, incl
atender personalmente y no podía esperar. Prometo que al regresar dedicaré más tiempo par
ible no tener en mente a un hombre tan sexi como tú -
seguidamente, nunca habíamos estado en esta parte de Italia. Venecia, sin duda alguna, es lo más hermoso que he podido apreciar. Sus calles bonitas, el hecho de navegar entre casas y observar aquellos castillos, torres y monumentos que son parte de la historia, no se puede comparar con algún otro lugar del mundo. El clima caluroso me gustó en demasía. Pensaba que ese hom
de desconocidos, no dejaba de cuestionarme a mí misma. En el fondo, pensaba que lo había hecho mal. Después de todo, ¿qué tan confiable podría ser un hombre que no conocía en lo absoluto? No sabía a ciencia cierta si lo que decía de mi padre era verdadero o falso, pues
alta amor y atención de este tipo, creía que
dejé convencer tan pronto si mi decisión ya estaba tomada? Me sentía arrepentida de la decisión que había tomado a l
se juegue hasta la vida misma por ti. Aunque lo niegues una y mil veces, quieres que te amen de la misma forma en la que tus padres y los míos se aman. Todos
sí de necesitada me veía? Los chicos siempre estuvieron en un segundo plano en mi vida. Jamás me había enamorado o me había hec
un paso, ¿no? Quizás él está confundido y al igual que yo, no se le ha presentado la oportunidad de amar a una mujer como se supone debería ser. Porque, ¿qué gusto y amor pued
e era hacerle ver con claridad y lucidez que su supuesto amor por mí