o 5 -Nu
xan
y mi boca reseca; me sentía cansada, falta de energía como si no hubiese dormido en mucho tiem
orso de ella, y observando esta, noté que me hallaba conectada a un m
uda
torpeza, quité las sábanas que cubrían mi cuerpo, y notando que llevaba una bata de hospital,
ora Z
mujer de mediana edad, cabello oscuro; intentó colocarme de pie, tirando
señora Zorzi
ré de la bata de enfermería de la mujer un poco
dónde
e del helado suelo, siguió llamando; e ingresando seguidamente dos mujeres, y un caballero ba
to, ¿Qué
cucharme, lo cual era completamente comprensible, ya que se centraron en revisar los mon
one estoy ha
es mencionado, quien centró sus ojos oscuros en mí; y juntando
ue ahora esté confundida, que tenga mil preguntas, pero una v
; Por lo que asentí viendo como las mujeres a mi alrededor corrían revisando
rtó? ¿Presión? ¿Pul
o de los rincones de la sala, bajé mi cabeza incómoda al ver al mi
Rossi; el encargado de su caso... Cua
nalizando unos minutos después, salió de la sala c
ó el momento
icinas; y asegurándome que sentir mis párpados pesado
allaba, ni quiénes eran estas personas; por lo
n este lugar
legar, Bruno, su engaño, mi huida d
egresando en el momento que forcejeaba con la enfer
.. Tengo que hab
ieron sin refutar en contra, y quedando sola en la sala
empecemos porque se encuentra aquí por su salud... Mi jefe la ha
e esto ¿Largo tiempo? ¿A
así? ¿Quién es tu je
reguntar sin vergüenza alguna; descubriendo que llevaba poco más de
fue que dure un año en coma, y para m
Antonio no demostró, ningún tipo de expresión,
suma de dinero; usted solamente debía traer a un bebé al mundo, ser u
aire al sentir mi corazón retorcerse, y
nada... nada de lo que está imaginando sucedió, por supuesto
ese hablado de ordenar pizzas, y palpando mi abdomen, sin saber cóm
o un hijo? ¿Cuán
desprovisto de emociones, y bajan
¿Acaso des
e merecía era conocerlo, cargarlo entre mis brazos, una vez estuviera recuperada; y siendo llevada en una silla
¿Ese es
queña, y mi padre, tenía poco más de 3 años de haberlo hecho, po
es
la sala, y empujando mi silla, Antonio la puso al borde de
nte... Él es el