de la noche llenaban sus noches de lectura, pero ninguna había capturado tanto su imaginación como los rumores de extraños suc
rrer su espalda, como si su propio cuerpo le advirtiera que no debía adentrarse en ese lugar. Sin embargo, su determinación era má
no de sus movimientos. Elena aceleró el paso, su corazón latiendo con fuerza. Lo que no sabía era que estaba siendo perseguida por un hom
a atacar. Elena, al ver la formidable criatura, entró en pánico y corrió desesperada, pero su huid
oz rugido que resonó en el bosque. A pesar de la ferocidad de sus instintos, Lucian tenía un código: los humanos no de
llena de preguntas. ¿Quién era esta mujer que se había adentrado tan imprudentemente en su territorio? Y más important
n saber que este encuentro fortuito sería solo el comienzo de un