AB
esa oferta. La idea de regresar a Manhattan no me emociona mucho, pero no puedo negar que la propuesta es tentadora
en para asumir la dirección de su quirófano. Cuando me fui de Manhattan, nunca imaginé cómo se convertiría mi vida aquí. Al llegar, estaba sola y en quiebra. A
é, y dos meses después, la noticia de que estaba embarazada cayó como una bomba en mi vida. Además de estar sola, me encontré embarazada y después de los exámenes, confirmé que el bebé que esperaba no er
nte, junto con la sensación de él dentro de mí. Esa noche sigue siendo un gran interrogante en mi cabeza. A veces sueño con esa noch
la computadora; el último correo electrónico deja en claro que debo dar una respuesta en veinticuatro horas. Decido
tora Isabella? -pregunta, rie
ser dramática; hablamos hace d
tá Zoe? -
yo la que nece
cisión? -pregunta, ya sabien
ónico, ofreciendo un tercio más
da, Isabella Har
sentándome en el sofá
el estado. No lo digo porque trabajo aquí, sino porque es cierto. Con ese salario, podría
i aquella noche y todo lo que sucedi
apartamento hace que mi c
trolar tu vida así -dice, tocando mi punto débil. Nu
l otro lado de la línea. Incluso Zoe parece
migos que hice y también a Clark. Al igual que yo, Clark era médico, y a veces salíamos juntos. Me gustaba es
onto, pero mi hogar siempre habí