e tiernamente de soslayo. La gente le siguió como si no hubiese pasado nada. Yo me quedé en el sitio, no podía digerir así de fácil las bellas palabras que mi señor Jesús me dijo y mucho m
e en Dios ha decrecido mucho con el tiempo. Muchísimas personas en el transcurso de los siglos se apartaron de él y se unieron a las fuerzas del maligno. Se transformaron en endemoniados emperadores, dictadores, presidentes incapaces y otros pecadores que cometieron y aún cometen las más grandes atrocidades en genocidios, por sólo nombrar un ejemplo. Eso debe terminar pronto. C
lisis tal como siempre lo hacía al leer la biblia. Pero, como águilas que tienen vista aguda, estos escogidos se reunirán donde haya verdadero alimento espiritual; es decir, acudirán al Cristo verdadero durante su presencia invisible. No se les extraviará y reunirá alrededor de un Cristo falso. Los falsos Cristos sólo pueden presentarse visiblemente. En
n, mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada, aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y entonces
de Jesús, de Dios, es la vida misma, es el milagro de un nacimiento, de crecer, de hacernos seres útiles, de formar nuestras familias, de tener papá y mamá que nos amen y a quienes amar. Es el milagro del nacimiento de nuestros hijos, el milagro de ayudar al prójimo. El milagro de amar, de mirar las aves volar, los animales correr, los
regaló el milagro de ser enfermero y ayudar a salvar muchísimas vidas y socorrer a muchos enfermos, mayoritariamente niños. Lo hice por más de treinta años. Me regaló el milagro de ser locutor. Me obsequió la dicha de ser abogado especialista en Derecho Penal; pero uno de los milagro más grande que he recibido del creador y por el que durante toda la eternidad le daré las gracias, es el hecho de poner en mi camino a una prestante dama con la que aún permanezco felizmente casado y a quien amo con un amor puro. Ella, Francelina, es la mejor pediatra del mundo. Excelente persona, inigualable madre, hija, hermana y amante de toda
señanzas de Jesús, que aquellos que lo conocieron y fueron enseñados personalmente por él, y que luego escribieron la mayor parte del Nuevo Testamento, estaban completamente de acuerdo con lo que Jesús decía acerca de sí mismo. Sus discípulos eran judíos monoteístas. El que ellos hayan estado de acuerdo en que Jesús era Dios, y que luego estuvieran dispuestos a morir por esta creencia,
es. Jesús la empezó así: "Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono". Alguien preguntó: "¿Pero qué propósito tiene?" Jesús explicó: "Todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las
ibieron hospitalariamente; desnudo estuve, y me vistieron. Enfermé, y me cuidaron. Estuve en prisión, y vinieron a mí." Uno de sus discípulos (no pude distinguir cual) le preguntó: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed, y te dimos de beber? ¿Cuándo
bvio que eso sucediese y así mismo lo sentí. Dios es el creador de todo, nuestro señor todopoderoso y omnipotente. Decidió él que yo estuviese allí, pero eso nada más. Así que desde ese instante, era sólo un espectador sin voz ni voto. Consideró mi señor que lo que teníamos que decirnos ya estaba dicho. Ya me había dado sus sabias instrucciones, y yo las acepté y le di las gracias por todas las bendiciones recibida
festó abiertamente en público, pues no quiso que nada le impidiese celebrar la Pascua con sus apóstoles la noche siguiente. Mientras tanto, los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote, Caifás. Herid
ía instaurado la soez idea de delatar a su Maestro! Según había yo leído en la biblia, ellos se alegraron mucho cuando Judas preguntó: "¿Qué me darán para que lo traicione a ustedes?". Con satisfacción pactaron en sufrag
Nadie lo supo salvo mi señor Jesucristo que con un gesto, me permitió compartir ese aposento, sólo como invitado, sin intervención alguna. Solamente él me miraba. Era como si yo fuese invisible prácticamente. Aunque soy un hombre hecho y derecho en todo el sentido de la palabra, expreso que Jesús era un hombre precioso en todos los sentidos. Muy lindo físicamen
llegue el reino de Dios". Mientras la cena progresaba, Jesús se levantó, puso a un lado sus prendas de vestir exteriores, tomó una toalla y llenó de agua una palangana. Por lo general el anfitrión era quien se encargaba de que se les lavaran los pies a sus invitados. Pero en vista de que en esa ocasión no hab
o y debería cumplirse tal cual. Mi atrevimiento pudo cambiar toda la historia sagrada y nada fuese como Dios lo planificó desde siempre. Lo que tiene que pasar, pues, pasará. Y pasó. Cuando Jesús había lavado los pies de los 12, incluso los de Judas, el que lo iba a entregar, se puso sus prendas de vestir exteriores y se reclinó de nuevo a la mesa. Entonces inquirió: "¿Saben lo que les he hecho? Ustedes me llaman: 'Maestro', y, 'Señor', y hablan correctamente, porque lo soy. Por eso, si yo, aunque soy Señor y Maestro, les he lavado los pies a ustedes, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Porque yo les he puesto el modelo, que, así como yo hice con ustedes, ustedes también deben hacerlo. Muy verdaderamente les digo: El esclavo no es mayor que su amo, ni es el enviado mayor que el que lo envió. Si
Y nuestro señor le ripostó: "Es uno de los doce, que moja conmigo en la fuente común. Cierto, el Hijo del hombre se va, así como está escrito respecto a él, mas ¡ay de aquel hombre por medio de quien el Hijo del hombre es traicionado! Le hubiera sido mejor a aquel hombre no haber nacido." Jesús luego le dijo a Judas: "Lo que haces, hazlo más pronto"
l servicio de la Pascua. También dio gracias en oración por esta, se la pasó a ellos, les pidió que bebiesen de ella, y declaró: "Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes". De modo que eso era, en realidad, una conmemoración de la muerte de Jesús. Se sucedieron luego va
ues, por qué le fallaban las fuerzas pronto bajo el peso de a cruz. Entonces se hizo que un transeúnte, un tal Simón de Cirene, de África, cargara la cruz por él. Mientras seguían, muchas personas venían tras ellos, entre ellas unas mujeres que se golpeaban en desconsuelo y gemían por Jesús. Volviéndose hacia las mujeres, Jesús dijo: "Hij
botaba los sentidos al dolor. Sin embargo, cuando Jesús lo probó, rehusó tomarlo. Obviamente Jesús quiso estar en pleno dominio de sus facultades durante esta prueba suprema que se impone a su fe. Ahora extendieron a Jesús sobre el madero, con las manos por encima de la cabeza. Entonces, a martillazos, los soldados introdujeron grandes clavos en las manos y los pies de
los sacerdotes principales, entre ellos Caifás y Anás. Esta proclamación categórica les dañó su hora de triunfo. Por eso se opusieron, y dijeron: "No escribas: 'El rey de los judíos', sino que él dijo: 'Soy rey de los judíos'". Pilato, irritado porque se le había hecho instrumento de los sacerdotes, respondió con resuelto desdén: "Lo que he escrito, he escrito". Los sacerdotes, junto con una muchedumbre grande, se reunieron ahora
jo de Dios'". Contagiados por el espíritu de la situación, los soldados también se mofaban de Jesús. Burlándose, le ofrecieron vino agrio, al parecer aguantándolo precisamente ante sus labios resecos. Lo desafiaron, diciendo: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate". Aun
vestir interior no tenía costura, pues era de calidad superior. Por eso los soldados se dijeron unos a otros: "No la rasguemos, sino que por suertes sobre ella decidamo
ninguna manera, ahora que estás en el mismo juicio? Y nosotros, en verdad, justamente, porque estamos recibiendo de lleno lo que merecemos por las cosas que hicimos; pero éste no ha
unos minutos. ¡Así que la oscuridad era de origen divino! Puede que esto hiciera vacilar a los que se burlaban de Jesús y hasta que dejaran de mofarse. Si ese pavoroso fenómeno ocurría, antes de que uno de los malhechores corrigiese a su compañero y pidiera a Jesús que lo recordara, puede
dijo a su madre: "Mujer, ¡ahí está tu hijo!". Entonces, inclinando la cabeza hacia María, dijo a Juan: "¡Ahí está tu madre!". Así Jesús encomendó a su muy amado apóstol, el cuidado de su madre, quien evidentemente era viuda ya. Hizo e
Pero otros dijeron: "¡Déjenlo! Veamos si Elías viene a bajarlo". Cuando Jesús recibió el vino agrio, clamó: "¡Se ha realizado!". Sí, él había hecho todo lo que su Padre lo envió a hacer en la Tierra. Finalmente dijo: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Así Jesús encomendó a Dios la fuerza que le había sostenido la vida y confió en que Dios se la devolvería. Entonces inclinó la cabeza y murió. De inmediato, la máquina del tiempo apareció a mi lado. Fue programada para ello. Cuando s