y sus
os del cielo. La llegada o aparición de cada uno de estos seres está precedida por un ensordecedor estruendo, una especie de trueno; tras el cual, al disiparse una especie de humo, se materializa la regia y magnífica figura de cada ser celeste que surge. Las impresionantes aparicio
uentran sorprendidos, muy impresionados al observar por primera ve
si un millar de legionarios. Todos poseen poderes sobrehumanos y están dispuestos a lograr
el Supremo. Y de esa forma lograr que los seres de luz, aún fieles al reino, se unan a su rebelión para así poder destronar al Supremo, para co
lo primero será reunirnos con los capitanes para que juntos, elaboremos el plans caudillos muy poderosos en su ejército de defensa, a los cuales deberá darle la máxima atención para lograr su objetivo, luego de los trabajos necesarios para establecerse en la zona. Por la noche se reúne
el cual deberá estar destinado sobre todo a eliminar a los líderes de la defensa, esa debe ser nuestra principal meta. De
sea y Ageum. Si lo logramos, tendremos la capacidad disuasiva para obtener la rebelión total en el reino; porque los que aún qu
este cometido? -les pregunta Hydes luego d
os tomar las decisiones adecuadas. Para ello debemos enviar, si es posible hoy mismo, a un par de buenos vigías a espiar las fortificaciones de esos guardianes. Luego, con los datos que nos proporcionen, definiremos nue
cuatro oponentes el resto no podrá hacerles frente. Además, la idea no es
emos enviar a los soldados indicados para dicha tare
s son los mejores para este cometido -r
esta misma noche; no tenemos tiempo que perder -
no de sus guardias personale
ntos y Cilas ¡
egionarios requeridos, los cuales, firmes y pre
e su capacidad y confiamos en sus habilidades, ya que han demostrado ser los mejores rastreadores y vigías que tenemos. Esta misma noche p
Escondidos entre unos matorrales y camuflados por la obscuridad de la noche, observan las grandes murallas defensivas construidas por los guardianes del Edén, así como las profundas zanjas que rodean toda el área que han sido cavadas. Manteni
ada detalle observado de las defensas enemigas. Los generales, al escucharlos, comprenden que a pesar de su abrumadora mayoría numérica, no s
anzar grandes rocas que puedan llegar a destruir sus murallas. Luego del ataque con las catapultas debemos formar pequeñas tropas de soldados muy bien entrenados para esta acción. Se atacará en varios grupos sus áreas de defensa para buscar la desatención en sus filas y así poder atacarlos con el grueso de nuestro ejército, por un frente a definir. Son minoría, por lo tanto, eso hay que aprovec
estrategia, ponerte a ti, a Nehtur o a mí como princip
staremos tú, Nehtur y yo con otra apariencia. Podemos tomar a tres de nuestros soldados de la primera línea de ataque y darles nuestras figuras. De manera que nuestros legionarios nos vean comandando en el frente de batalla; así lucharán con más ánimos
defensa; o dejarlos diezmados y debilitados para poder soportar un segundo y definitivo ataque. Toda esta estrategia para una desbastadora lucha se planifica en am