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imientos sobre metales hasta esos momentos desconocidos por los acadios; sobre todo, el hierro y su composición, su óptima aleación con el carbono para producir el acero con el cual poder f

las cuales, si bien eran de gran utilidad en las guerras libradas contra sus enemigos, su poca ductilidad o dureza hacía que muchas veces estas se fragmentaran o rompieran; dejando desarmado

njunto de acciones con el fin engañar al enemigo para luego emboscarlo. Otro grupo se reúne con los sanadores o curanderos del lugar, a los cuales se les imparten conocimientos sobre hierbas y raíces con propiedades curativas para heridas y/o varias enfer

nas naturales que se tenían a mano, pero que se ignoraba. Obviamente y al estilo de Hydes, no solo se les enseña sobre hierbas benéficas, también se les da a con

s instruyen en la fabricación de catapultas, con las cuales poder lanzar pesadas piedras a grandes distancias. Por último, se elimina el esfuerzo innecesario al dismin

ciente. Por consiguiente, más peligroso para sus vecinos. En las noches, luego de las arduas jornadas de entrenamientos, Cromos hacía entrar a su aposento a Dunia, su hermosa y esbelta moren

ás muy raras veces. En cambio, ahora para ella esto sí es "verdadero placer". Los amantes con ansias esperaban las noches y la discreción les importaba cada vez menos. Cromos está convencido de que

andes progresos en el ejército acadio, ya que es justamente eso lo que busca; un ejército aliado que le sea útil para sus ambiciosos propósitos. En su mezquino corazón y tal como le había abiertamente expresado al rey Hermenón, el adelanto o bienestar del puebl

o alguien como tú, para realizar

ompleto a nuestra causa. Es un honor para mí servirte -res

es realmente nuestra causa tu principal propósito o tú único deseo ah

a. Sabes que nadie como yo para serte leal -responde Cro

dura mirada a su lug

es evidente tu desacato a mis órdenes. O crees que es un secreto tus amoríos c

s sabe dónde atemorizar y lastimar. Esto Cromos lo va a ex

tiré más mentiras ni secretos de tu parte. Si hasta ahora callé, fue porque comprendo la debilidad que nos causan estas hembras; también porque me eres

de que la alejen de su lado o lo que sería peor, sea asesinada o tomada por su líder; es algo que no puede permitir. Pero se trata de

egados. Por otra parte, nuestros soldados se encuentran deseosos y con ansias de poseer a alguna de ellas. Pero por temor a ti, a tu estricta disciplina no lo han hecho hasta hoy. Pero tarde o temprano lo harán, con o sin tu consentimiento. Piénsalo, mejor que sea ahora y pase como una dádiva tuya; a que luego sea un desacato a tu férrea disciplina. No lo tomes como un desafío. Sabes que iniciamos esto juntos y siempre

ea conocer hasta dónde puede llegar la lealtad y subordinación

¿Qué harás? ¿Seguirás fiel a nuestra causa o me enfrentarás? -le inte

Luego la dejaré para siempre y no me interesará lo que se haga con ella. Nada ni nadie interferirá en nuestra misión. Sabes que nunca te he fallado y no será por una simple

íder aleje su atención hacia ella restándole importancia. ¡Y da resultado!, ya que Hydes podrá adivinar muchas cosas, pero no el corazón o sentimiento

sumisión ante él. Recostado en su habitación medita las palabras de su lugarteniente. Comprende que hay razón en sus palabras. Solo es cuestión de tiempo la desobediencia a causa

en sus tropas; puesto que su misión se encuentra por encima de cualquier debilidad o deseo que pudiese tener. Por ahora, todos sus planes marchan según lo planificado, por lo cual

ablar con él inmediatamente! -orde

real dejando al otro soldado con Hydes en la entrada principal. El joven soldado, al ingresar, encuentra a Hermenón comiendo un rico manjar e

atiendo a nadie cuando estoy siendo alimentado. Dime qué es lo que

so Hydes está en la entrada principal y desea una entrevista en estos mom

é tiene ahora que decirme...

esto por la presencia de su aliado en la sala,

ctamente. ¿Así son las audiencias en tu reino? -pregun

los dejo para los vasallos o esclavos. Tú y yo tenemos asuntos más importantes que discutir. Por ello te pido que pod

las nalgas. Las esclavas ante este hecho, débilmente sonríen mientras abandonan la sala. Estas se sonrojan al pasar junto al l

r a esta hora? Estamos solos, espero que sea de suma importancia lo que tienes para

e de su gran poder, está la prudencia y saber contener sus emociones. No está allí para pelear con simples humanos. Es más, sabe que con paciencia e inteligencia los puede utilizar p

des son una fuerza muy superior y de gran utilidad para nuestros propósitos. Por ello te propongo que juntos ataquemos el jardín. Dejemos ese sucio pueblo de Sumer para una segunda oport

e lo entregarás así por así? En cambio, el pueblo de Sumer; sé qu

solo deseo expulsar o eliminar a sus custodios. Si después de eliminar a los G

ole a entender al acadio que lo que lo mueve es el odio y no la ambición. Pero Hermenón es muy astuto y sagaz, por lo que no es f

taque al jardín, quiero que me prometas que después tomaremos el puerto de Ur. A esos sumerios no los

tro poder el Edén, Juntos tomaremos ese pu

ido por las palabras del co

emos planificar el ataque al jardín con nuest

los preparativos para marchar hacia