ítu
uentro
elo, aun no asimilaba su pérdida y rogaba que al d
s que no pudo darse cuenta de cua
sitaba la tumba de su madre por primera vez. Cinco años había
se repetía la p
nsable de ese acto tan inescrupuloso que le cegó la vida para siempre a su madre y se juró a sí
talmente vacío y de esta forma permanecer alejada del peligro, ya que debía mantenerse oculta sin
rágica muerte de su madre y no hubo nada que
e hablando con una rosa b
. Un verdadero adonis que parecía haber si
aba un profundo dolor que se le hizo familiar con aqu
boca, su mirada fija en la tumba de su abuelo atrapaba por completo su
bigail podía notar el dolor y la trist
ho -habló con
finalmente con su voz baja y
pasos, respetando su e
la joven-. Pero a
cia ella, su mirada in
de dolor? -preg
ro no se ofendió. Ella también había enfrentado u
e no hay palabras para aliviar el dolor, pero
como si buscara algo en sus o
as -re
te ante la evasiva de mi
la chica regalándole una
sintió como si hubieran sido horas, pero Abbigail no se sintió incómoda. A ca
Abby -dijo
sin ánimos de seguir c
s azules en esos hermosos ojos rojos e hinchados debido a exceso de
ejando la mano de la c
nte, su completa arrogan
rme -respondió dá
levantó
intento por no dejar
e encogió
bló de usted. H
nció el ceño
-preguntó co
ada gélida que le dedicó ese hombre, casi pudo oí
ante exagerada,
e su madre le confesó que él era el único hombre que podría protegerla, sería raro si se lo d
ió, una risa s
itió-. ¡Eso es
e sintió c
quiere
vió hacia la tum
ó dándole la es
idad en el pecho del hombre que ahora mismo le pedía a su guardaespaldas
.
Verse vestido de luto definitivamente no ayud
ordatorio de que estaría solo e
ión sobre aquella mujer del cementerio que
saber que fue lo que le dijeron a esa chic
r que había algo más allá que no le quiso decir. Todo en ella fue
chó ese corto tiempo libre para crear algunas estrategias funcionales para levantar la empresa de su abuelo y así c
aba su familia reunida. Al entrar sintió la presión del ambiente pesado cayó sobre sus hombros, quiso salir de allí lo má
de reuniones, la voz de su padre lo
hablar. ¿Me regalas uno
nto antes de esto. Ya no soporto
ver a su madre sentada en un amplio sillón de cuero marrón, su t
o estaba
ace ella aquí?»
ia y el abogado responsable de leer el testamento y cum
saludó a la familia cordialmente. Com
trimonial -echa un vistazo a todas las personas que lo rodean-. En vista de que estamos todos, voy a proceder con la
hace esa mujer aquí? -Alexander reclama señalan
ente este día -indicó Lucca-. Es una de
moda para sus familiares, su enojo por la presencia
y siente como se sierra su garganta. Suspira profundo y se acerca a la ventan