ños d
olver a ver a mi chica alegre, la chica sarcástica y capaz de poner el mundo a sus pies con tan solo una mirada. Margot, estás acabando poco a poco con tu vida. Dime, ¿dónde est
nciones,
muy seguro de que no le gustaría verte así. Él deseaba tu fe
Mírame, estoy hecha pedazos. Perdí una pierna y toda la posibilidad de hacer todo lo que un día soñé -estallé en llanto ya sin poder contenerme más-. No sé cómo seguir, no veo ninguna luz de esperanza. ¡Estoy maldita! Desde que nací lo he estado y lo único que logro es acabar con la vida de las personas que más amo en este mundo. No quiero seguir siendo una carga para ti y mamá, porque eso e
sí agradezco a Dios de que estés aquí con nosotros. No entiendo tu dolor y jamás lo haré, pero no estás sola. Mamá y yo nunca te dejaremos, eres parte
sé-. No sé cómo darle sentido a m
o ir a Gonzalo y empezar a p
tera felicidad... y ya no están -l
enizas. Gonzalo y mi sobrinito serán siempre parte de ti, ellos jamás van a dejar tus pensamientos y tu corazón, pero tienes que empezar a buscar tu felicidad. No te estoy pidiendo que olvides lo que s
rdó
ó a abrazarme con fuerza,
que lograrás salir adelante porque eres una guerrera. Eres la mujer más tenaz que pueda conocer y me siento tan orgulloso de ti y tan feliz de ser tu hermano y tener el privile
se lo pida a Dios, que no me he detenido a pensar en lo mucho que mi mamá y mi hermano cargan en sus hombros. No solo ha sido mi pérdida instantánea de mi esposo y mi hijo, sino también mi pierna, las terapias, las
res para cuidar de mí y trabajar a la vez. Mamá ha pasado noches en vela, tomando mi mano y siendo mi única compañía cuando el dolor físico y emocional me rebasa. Ha
acariciando con ternura mi cabello-. Pr
ro no olvides que, en cada paso que des, vam
En completo silencio y comprendiendo lo que sucedía, se acercó a nosotros y nos abrazó tan fuerte com