/0/14907/coverbig.jpg?v=1e2bc4c42766cf37be723a6800e34aa8)
La vida en muchas ocasiones nos despliega diferentes caminos, llevándonos a un destino totalmente opuesto al que nos habíamos idealizado. Margot estaba en la mejor etapa de su vida, era feliz junto a su novio y futuro esposo, pero en un solo instante perdió toda su vida en un trágico accidente que además le dejó grandes secuelas en su cuerpo. La soledad, la desesperanza y el vacío es algo que no se puede ocultar detrás de una sonrisa fingida, y ella ha sabido ocultar su dolor muy bien. Pero en ese pozo de soledad y tristeza, llega un hombre que la hace vibrar no solo con un beso, sino con esa chispa de añoranza que perdió tiempo atrás. ¿Podrá Margot volver a empezar, dejando su sufrimiento atrás y permitiéndose ser feliz?
Notita antes de leer:
Primero libro: Pasión Secreta
Segundo libro: Volver a empezar (PASIÓN)
***
Desperté por culpa de una horrible pesadilla, agitada y con mucho dolor en el cuerpo. Traté de moverme y hablar, pero no pude hacerlo porque mi voz no salía y mi cuerpo se encontraba paralizado. Me sentía desorientada y no logré reconocer nada a mi alrededor.
¿Dónde estoy? ¿Por qué me duele todo el cuerpo, especialmente la cabeza y mis piernas? ¿Dónde esta Gonzalo? ¿Qué es lo que está sucediendo? Mi memoria incluso falló, era como si tuviera la mente en blanco.
-¡Mamá, Margot despertó! -gritó una voz muy cerca de mí, pero que no logré reconocer de momento-. ¿Cómo estás, calabacita? ¿Te duele algo? No, no te muevas. El doctor ya viene a revisarte.
¿Doctor? ¿De qué doctor habla este hombre?
Enfoqué mejor su rostro y poco a poco lo fui reconociendo. Mi hermano mayor; Marcus, se veía emocionado, con una capa oscura debajo de sus ojos que denotaban cansancio y preocupación. Un montón de lágrimas empezaron a salir de ellos mientras tomaba mi mano y la besaba repetidas veces. No entendía lo que sucedía ni mucho menos por qué estaba llorando de esa manera tan incontrolable, pero en el intento de preguntarle, mi voz simplemente no salió.
-¡Mi niña! -reconocí la voz cansada de mamá y la miré, preguntándome por qué se veía tan demacrada y delgada-. Gracias a Dios que despertaste. Yo... hubo un momento donde perdí la fe, pero aquí estás con nosotros y eso es lo más importante.
-Buenas tardes -desvié la mirada a un doctor que enseguida me sonrió-. Es un milagro que hayas despertado, Margot.
El doctor me revisó mientras hablaba sin parar de cosas que no lograba entender por completo. ¿Un accidente? ¿Un trauma? ¿Qué tratamiento? ¿Por qué debo ir a terapia? Me hacia pregunta tras pregunta a la vez que él le explicaba a mi madre y a mi hermano lo que conllevaba mi recuperación.
Traté de hacer una vez más memoria, pero lo último que recuerdo fue haberme casado. ¿Dónde está Gonzalo? ¿Por qué él no está aquí conmigo? ¿Qué clase de accidente tuve? No recuerdo nada más que el día más feliz de mi vida. ¿Qué hago aquí, en lugar de estar celebrando mi luna de miel con mi adorado esposo?
-Te vamos a retirar la careta, pero no puedes hacer ningún esfuerzo de más, ¿de acuerdo, Margot? -inquirió el doctor-. ¿Me entiendes?
Asentí por inercia y, tras quitarme la careta, pude sentir alivio en mi garganta y hasta en mis pulmones. El aire fue escaso y por un momento olvidé cómo se respiraba, pero poco a poco fui llevando el ritmo de mis respiraciones por mi cuenta. Sentía una opresión en el pecho y mi respiración era bastante trabajosa, pero normal, según el doctor tras haberme quitado el oxígeno.
-¿Cómo estás, Margot? Soy Jackson Williams, el medico que te ha estado tratando desde que ingresaste a la clínica. Cuéntame, ¿recuerdas algo antes del accidente?
-¿A-accidente? No recuerdo... -la garganta me dolía mucho y no podía siquiera conectar mi cerebro y mi lengua-. ¿Gonzalo?
-De acuerdo. Hace dos semanas sufriste un accidente automovilístico, donde...
-Doctor, por favor, déjeme darle esa noticia -interrumpió mi madre y fruncí el ceño.
Reparé en el aspecto de mamá y cientos de preguntas empezaron a formularse en mi cabeza, pero por más que deseaba hablar, algo me impedía hacerlo. Al igual que Marcus, mamá se veía demacrada, como si no hubiera podido dormir por noches enteras.
-Mi amor...
-¿Qué ocurre?
Tomó mi mano y la apretó con fuerza, parpadeando con rapidez, como si eso fuera a impedir que sus lágrimas no se deslizaran por sus mejillas. Me sentía tan confundida y desesperada por saber lo que estaba sucediendo, que en el intento de levantarme de la cama, las piernas no me respondieron como lo exigía mi cerebro.
-Habla, mamá. ¿Qué pasa? ¿Dónde está Gonzalo? -miré a mi hermano, empezando a sentir un inmenso dolor en mi pecho-. ¿Marcus?
-Lo siento tanto, mi amor -sollozó mamá, dejando salir esas lágrimas que estaba reteniendo-. Tú eres el milagro después de tanta tormenta.
-No entiendo qué quieres decir...
-Hace dos semanas te casaste con Gonzalo, todo estaba perfecto y te veías tan feliz. Yo... ¡Dios mío! Nunca imaginé que esto fuera a suceder en mi familia -se limpió las lágrimas con brusquedad.
-¿Dónde está Gonzalo?
-Hicieron todo lo posible, pero perdió tanta sangre y tuvo tantos traumatismos, que no lo soporto.
-¡¿De qué hablas!? -grité con la poca fuerza que tenía, empezando a sentir un denso dolor de cabeza.
-Gonzalo perdió la vida en el accidente...
Negué repetidas veces con la cabeza, gritándole que no era cierto, que Gonzalo estaba ahí fuera esperando por mí para casarnos y formar la vida que tanto soñamos, pero los recuerdos de mi boda, el día más feliz de mi vida, empezaron a llegar en cadena.
Recordé cuando Marcus me entregó en el altar y Gonzalo me recibió entre sus brazos con una sonrisa brillante y los ojos llorosos. En mi cabeza se reprodujeron una y otra vez las palabras que nos dijimos antes de darnos el sí y unirnos en santo matrimonio. Su beso, ese dulce y apasionado beso que nos dimos para sellar nuestra unión quemó mi corazón de manera inmediata.
Estábamos tan felices y ansiosos de llegar a nuestro nuevo hogar, que nos saltamos la recepción y decidimos marcharnos ipso facto hacia Búfalo para no perder más tiempo, pero la vida nos había deparado un destino que ni en sueños teníamos previsto.
Gonzalo me besaba y acariciaba apasionado mientras nos dirigíamos en la limusina hacia nuestra nueva casa, cuando aquel golpe tan bestial y la espesura de la oscuridad nos separó para siempre. No recuerdo más que gritos, un intenso dolor en todo el cuerpo, en especial en mis piernas y un olor a gasolina muy denso.
-Mi amor, lo siento tanto. Sé por lo que estás pasando y sé que saldrás adelante con nuestra ayuda. Yo nunca te dejaré sola. Agradezco a Dios por salvarte...
Lloré y grité entre los brazos de mi madre, deseando haber muerto para no tener que vivir en este maldito infierno. ¿Por qué no morí junto con él? ¿Por qué la vida es tan desgraciada de dejarme aquí sufriendo y sola? No entiendo por qué la vida se empeña conmigo, más cuando la felicidad empezaba a cobijarme bajo su manto.
Mi esposo, el hombre que he amado por tantos años, ya no está y con él se llevó mi vida entera. ¿Qué se supone que haga con todos los sueños que teníamos? ¿Dónde queda nuestra vida y nuestro amor?
-¿Por qué? ¿Por qué? -grité, haciendo el intento de levantarme, pero no podía y mi madre tampoco permitía que lo hiciera-. ¡Súeltame! Déjame ir con él. Yo no quiero vivir, mamá. Por favor, déjame ir con Gonza. ¡Gonzalo!
-Calma, mi amor. No te alteres o puede ser peor.
-¡Yo debí morir con él! -me removí entre sus brazos-. Quiero verlo...
Luché por liberarme en medio de suplicas y gritos que eran ahogados en el pecho de mi madre. Ella me abrazaba tan fuerte, queriendo transmitirme calma y fuerza, pero ¿cómo seguir en esta perra vida cuando lo has perdido todo? ¿Cómo vivir cuando perdí no solo al amor de mi existencia, sino también a ese pedacito de vida que crecía dentro de mí?
Gonzalo nunca supo de nuestro hijo, porque callé para decirle en nuestra luna de miel la noticia... y ahora nunca sabrá que dentro de mí crecía una prueba ferviente de nuestro amor, porque simplemente ya no volveré a verlo nunca más.
Jolie creyó que huir era la solución correcta ante el desliz que cometió al casarse en una noche loca desenfrenada, pero cinco años después debe volver al lugar al que juró nunca más regresar y enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Solo que Darius no es el mismo hombre caballeroso y tierno que ella creía conocer. Él la odia por haberle roto el corazón y abandonarlo cuando le dijo que intentaría llevar una vida de casados. Ella aún sigue sintiendo los mismos deseos que en el pasado, pero esta vez son más intensos e inexplicables que antes. Entre el amor y el odio hay una delgada línea que los separa y desatará una pasión que ninguno de los dos podrá contener.
Todo en mi vida era perfecto; una buena salud, un buen trabajo, y se podría decir que, era la mujer más afortunada en el amor. Pero nadie me había dicho que la perfección y tanta felicidad junta no era tan buen y real. Para mí, una mujer que creía tenerlo todo a sus pies y en sus manos, no fue fácil asimilar esa vida que tanto me ocultó la persona que más he amado en el mundo.
El amor no es lo más importante para June, primero, porque no cree en que los sentimientos de las personas sean del todo sinceros, segundo, porque aquel suceso que vivió en su niñez y la marcó de por vida la sigue rodando por más que quiera huir de esa pesadilla. Pero el amor llega cuando menos se lo esperaba, del hombre que jamás imaginó sentir tanto y nada a la vez. ¿Podría ella olvidar su dolor en manos de aquel amor puro y cristalino que nació en medio de su adolescencia y se fortaleció en su adultez? ¿Podría permitirse aprender una lección de amor y otra de lujuria en manos de su primer y único amor?
El deseo de poder someterte es mucho más fuerte de lo que estoy dispuesto a soportar. Si tan solo me dejaras mostrarte todo lo que por mi mente cruza, estoy seguro de que crearíamos un juego de lujuria inimaginable.
Ser prácticamente obligada a casarse con un perfecto desconocido por su padre, Cora Walker decide huir de su casa, pero en el intento de ser libre y elegir su propio destino, aquel hombre le pone sobre la mesa un trato que considera justo. ¿Podrá Jacob Bardot enamorar a la jovencita que lo cautivó desde el primer instante en que la conoció? ¿Podrá Cora dejar sus miedos e inseguridades atrás y amar, aunque sea por una vez en su vida? ¿Trescientos sesenta y cinco días serán suficientes para que dos corazones se amen con extrema fuerza y pasión?
Jade es madre soltera; una mujer dedicada a su trabajo y a sus hijos, pero en el proceso de cumplir sus metas y propósitos, la vaga noche de su irresponsabilidad regresa cinco años después, no solo alterando su cotidiana vida, sino dándole un giro a ella y a la de sus hijos. Sebastián nunca olvidó a la única mujer que lo hizo vibrar en una sola noche, pues en su primer día de trabajo como stripper, terminó convirtiéndose en el calvario de sus infinitas noches de fantasía, buscando en cuerpos diferentes aquella mujer de ojos verdes que robó de él lo más preciado que consideraba en su vida.
Mateo Lester, un magnate de 47 años, es un hombre implacable en los negocios y exigente en su entorno. Durante un viaje a Brasil, vive un efímero romance con una mujer. Josabet, una joven aeromoza de 30 años. se traslada a Nueva York al ser contratada por una empresa para un puesto en las aerolíneas de la empresa Lester. Cuando Josabet es presentada ante Mateo como la nueva aeromoza de su jet privado. Ambos se reconocen de inmediato, pero Josabet fingir no hacerlo y todo por un secreto que oculta. Todo cambia en la celebración del aniversario de la empresa, donde Josabet decide llevar a su hijo, dispuesta a enfrentar las consecuencias. La abuela de Mateo, al verlo, queda impactada por su increíble parecido con los difuntos padres de Mateo. La duda queda sembrada y, a partir de ese momento, Mateo comienza a investigar el pasado de Josabet, descubriendo secretos que podrían cambiar su vida para siempre. Sin embargo, una amenaza inesperada surge cuando Natalie, la exnovia de Mateo, una mujer manipuladora y obsesionada con él, descubre la existencia de josabet y su hijo. Consumida por los celos, decide hacerles la vida imposible, dispuesta a cualquier cosa para sacarlos de su camino.
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".
Pensé que mi matrimonio podría seguir adelante. El amor platónico también era amor, ¿sí? Pero, estaba totalmente equivocada. Resultó que mi marido no tenía nada malo de cuerpo, todo esto solo porque no fui de su gusto. Conmigo, era un hombre anormal en la cama. Pero con mi madre, ¡podría hacer todo lo que ella deseaba! Y el día, ¡los encontré en la cama juntos! Sin querer afrontar a ellos, decidí saltar del puente. Pero un desconocido me impidió, y me ofreció una propuesta especial. Y yo la acepté, y le entregó mi primera vez por capricho. Después de una noche loca, hui de su casa pensando que nunca volvería a encontrarnos. Luego fui a la fiesta de compromiso de mi tía, y ella hizo alarde de su fiancé frente a mí. Pero este era el mismo desconocido que pasó la noche conmigo. ¡¿Y él pronto sería mi tío político?!
Charlee fue abandonada en la boda y se convirtió en el hazmerreír de todos. Intentó mantener la cabeza alta, pero acabó humillada cuando recibió un vídeo sexual de su prometido y su hermanastra. Devastada, pasó una noche salvaje con un atractivo desconocido. Se suponía que iba a ser cosa de una sola vez, pero él siguió apareciendo, ayudándola con proyectos y venganzas, todo mientras coqueteaba con ella constantemente. Charlee pronto se dio cuenta de que era agradable tenerlo cerca, hasta que su ex apareció de repente en su puerta, rogándole otra oportunidad. Su amante magnate le preguntó: "¿A quién vas a elegir? Piensa bien antes de contestar".