ión. He estado haciendo reservas, viendo arreglos, probando comidas, eligiendo el sabor del pastel, los colores perfectos, la iglesia, viendo sus posibles trajes, la pequeña recepci
s pesadillas o los recuerdos. Salgo de casa tan temprano y llego tan tarde, q
en algo que da felicidad, ayuda mucho a cambiar la perspectiva de las personas y a empezar a crear motivos para seguir y
falta es la unión, todo volverá a su rumbo y yo no tendré en qué ocupar mi tiempo. Volveré a permanecer en casa todo
ajo, siento mucho temor de que me cierren
nerviosa. No vamos a ser muchas mujeres, pero sí las suficientes pa
chicas querían para esta noche, incluyendo al stripper que l
adre me halagó una vez entró a
ino de mi piel y hacia juego con mis ojos. No me veo tan fatal como otros días por el poco maquilla
raje corto y de color rojo en mis manos-, pero es p
que vistas, ¿entiendes? Además, las personas no tienen por qué señalarte. No eres ni más ni menos
que esta cosa resta belleza y atrae
na fuerte y aguerrida, capaz de enfrentar la muerte y cualquier obstáculo que se atraviese en sus caminos -se acercó a mí y tomó
adre, por eso siempre se
ierto, m
é de tema intencionadamente y suspiró-. La discoteca está e
s mujeres en la sala, muy emocionadas por empeza
ndo en que todo parece ser una repetición absurda de mi boda. La misma emoción, las mismas personas, e
lpeó mi rostro. Sentía ganas de volver corriendo a mi casa y no e
mujeres hermosas, con vestidos cortos mostrando sus perfectos cuerpos mientras yo vestía un
sentí, dándole una sonrisa tranq
ue esté a
rme y atractivo guardia de seguridad cuando entrábamos a la discoteca. Ella, de todas, es la más desinhibida y me recuerda tant
me di cuenta de nada a mi alrededor si no hasta que me estrellé de frente c
na muy cerca de mi rostro, afianzando sus
Sus ojos verdes estaban fijos en los míos y su sonrisa se hizo más amplia hacia el lado derecho, lo que calentó mi
sin poder apartar la mirada de la suya,
ura en el proceso de retirar sus manos de mi cuerpo y todo
o.
á tod
cruzar la calle sin saber. Mi corazón latía fuerte, sentía mi rostro caliente y mis manos sudaban y temblaban sin control. Er
-. Fue un gusto estrellarme con una mujer tan bella, supongo que esta es
unto a una mujer que lo tomaba del brazo y retom
rgüenza -dijo mi madre y Anahí le
tropezam
tivo-susurró mi cuñada a mi lado
noche sensacional! -gritó Anya unos paso
ar la mirada del hombre que se había sentado en la barra con la mujer y me mi