e - la voz grave y masculina de
ancia! - se sintió a la vez enojada y sorpre
er a Émile a raya, él seguía insistiendo, dej
io?", se preguntó, con
lo posible para que Dubois abandonara sus intentos
zando una ceja, preguntándose qué tenía que hacer
a allí, latente en su mente, acechand
nsistir, señor - trató de estabilizar sus manos temblorosas, m
es a mí? - preguntó
quería involucrarse con su jefe, pero parecía que habl
no me das una oportunidad al menos? - insistió nuevamente
la mujer de cabello rojo que había vis
con las que podía divertirse, quería utilizarla a ella, solo
có Jeanne, y él hizo una mueca ante sus palabras.
él la dejaba en paz por el momento, ideas sobre lo que
ga conmigo, cuando siempre he podido tener a cualquier
con fuerza. Los avances de su j
atraída por él, pero sabía que después de conseguir lo
más para ti, Émile Dubois
eza y se concentró completamente en su trabajo, t
ecesitaba dinero para pagar su consulta y descubrir qué le e
quien notó que se frotaba las sienes y cerraba
ples gestos que a veces ni siquiera notaba, como en ese instante cuando pasó
onto, sin importar lo mucho que ella le complicara las cosas. No ha
osuficiencia en los labios, Émile
para quebrantar su resistencia y vencer aquella última muralla de