o 0. Quizás esa era la única parte buena de su vida, estar en aquella zona le permitía poder divisar a la perfección en di
ada, todo eso desprendía un aura refinada que era imposible que pasara desapercibida para los demás. Elegante, sutil, delicada, hermosa, como un cisne, así lucía Lieve Ro
onstaba jamás el nombre de ninguno de sus monarcas, menos aún consta
mpresible como muchas de las que se habían implantado en los últimos años. Por alguna razón nunca se sabía quién dirigía, ni su edad o nombre, ni siquiera conocían cuando moría un monarca y colocaban otr
e cuenta de las personas que la veían pasar y saludaban en su dirección. Estaba ella demasiado enfrascada en aquellas situaciones
legó casi corriendo a ella, para det
miró co
equeña que tomaba ai
lla apenas reco
Qué pasa
se limitó a
en dirección a la pequeña casa de Jen y su madre, allá en el
to de caerse, vio a la mujer mayor llorando, y a su amiga, tendida sobre una cama, c
al verla en tales condiciones –. ¿
ez está peor y no
edicina –as
opción es llevarla a la ciudad pero es costoso y nadie asegura que podremos estar allá sin que la guardia
e haber u
mano y acarició su cabello. La joven le sonrió
jó ir un par
rible d
tan mis
cruel que le pa
? ¿Por qué debían ver a sus seres querid
ue quería llevar lo que
uesto q
es que ent
más allá de tus deseos. A veces había que saber bajar la cabeza, para mirar las cosas desde otr
eo, en esa ocasión
ria, pero sobre todo se negaba a dejar morir
dependía de la posición social que ocuparas, y si
tante solo
esta de aquellos proxene
articipar en la selección que t
para ella, pero entendió algo
o le daría dinero, y no demas
r años en silencio añoró: riqueza, poder, est
icio, todo en busca
odría ju
lo que ella para
amiga, Lieve se levantó de su lugar
ndecisa –, hay algo q
ué se
cerca de la selecc
o, lo mismo q
icipar. –La vergüenza que le causó hacer es
o en su voz. Sabía ella por su hija que la joven se negaba rotundamente a part
ngo muchas más opciones y así quizás
ro... –hizo un gesto de disculpa –, en esta ocasión me permitiré ser más egoísta y es que la vida de mi hija está al borde
endo –esbozó una sonrisa
s afueras del palacio se hace la primera selección, no to
que irme –dijo después de algunos segundos
a como una
espedida, haré lo necesario para ser
cálido abrazo antes
ba a casa pero que también servía de salida del lugar. Mientras camina
hacer todo y cuanto estuviera a su alcance,
e –susurró Lieve ac
ntenía tan tranquila que parecía inexistente. Durante años aquel ser en su interior se hallaba en un estado casi letárgico, como si est
e acercaba, casi repeliéndolos. Por ello se disculpaba por la decisión que había toma