ni
piré bajando la vista, pero no pude evitar verle. Ultimamente, para ser sincera podía llegar a jurar que el chico
ieron frágiles ante la imagen que tenía frente a mí. Cuando flexionó sus brazos para sonreí
perté de la ensoñación, de o
sentí enfocando mi vista a los dos. Eric, rodeaba en un
voz sonaba insegura, Laura se tiraría sobre mí como una gacela.
ación volviera a ella. Suspiré asintiendo, ¿qué le podría decir? De todos mod
fuera a vivir allí una temporada, incluso Laura fuera para hacerm
reocupes, te prestaré ropa mía –murmuró segura La
uise saber y ella, movió mi
es solo... que te vistes algo... -susurró moviendo la cabeza, cómo si
o –No es cierto. Y casi tenemos cuarenta años Laura ¡No pue
y rodé los ojos –solamente..
ia hora, me encontraba en su casa, mas precisamente frente a su guardarropa cru
nto a blazer, trabajaba como abogada. Y en mi guardarrop