tulo
de saber que él la había observado sin hacer nada para ayudarla. Claro, había dicho que no era nada grave, pero a Jade eso no le sonaba para nada gracioso. La
as él le pasaba el libro que ella había intentado alcanzar. Lo agarró con rapi
de responder. -Bueno, tampoco pensé que fuer
rubio que brillaba bajo la luz de la biblioteca. De repente, todo encajó. Jade había reconocido su rostro de inmediato. ¡Era Jack de Jesús! El famoso jugador de baloncesto de la escuel
como un grupo de chicos egocéntricos, que solo se importaban por sí mismos y por sus seguidores. Pero allí estaba Jack, sonriéndole, como si nada, y, aún más extraño, había
suficiencia, como si nada hubiera pasado. Jade, sintiendo un poco de humillación, tomó el libro sin decir palabra alguna. Solo lo miró fijamente, como si pudiera
a realmente, sino más por cortesía. No quería quedar
viendo a mirarla. -Por nada, Jade -respondió
almente los populares, solía hablarle por su nombre. En ese momento, le dio vueltas al asunto, p
no había conexión a internet. Jade resopló. "¿Cómo puede ser tan irresponsable?", pensó mientras observaba a su amiga comple
ando, Coleman -le dijo
, se limitó a responder con un tono relaja
ó mientras se sumergía en su tarea. Era el tipo de estudiante que no podía relajarse hasta que todo estuviera terminado. Al
me y Alexa jugando. Pero luego, Alexa rompió el silencio con una preg
ner para la fiesta del
erado ir, pero Alexa tenía una forma de convencerla que era difícil de resistir. No le gustaban las fiestas, y mucho
e broma, aunque un tanto irritada-, la fie
. Toda la preparatoria va a estar ahí, ¿qué excusa tienes esta ve
metido, y aunque no le gustaba la idea, no podía fallarle a su amiga. "¿Por
s -respondió Jade, pero su tono era
ero yo no puedo ir sola! Me sen
e de su amiga, y entonces se dio cuenta de que no podía dejarla sola. Siempre s
inal, rendida. -Pero const
so es todo! ¡Irás! No te preo
la oferta. -¿Y qué haría yo sin ti? -pregun
sonrisa maliciosa. -Mori
as. La bibliotecaria se acercó rápidamente para pedirles que se calmaran. Al final, Jade solo pudo reírse, s
do evitar pensar en lo que se venía. La fiesta de mañana sería un reto, y aunque no lo admitiera abiertame