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e había despertado con la sensación de que todo seguía igual. Lo primero, como siempre, fue levantarse, hacer lo d
pués de un desayuno rápido, había salido rumbo a la escuela, pero antes, como casi todas las mañanas, se había detenido en una tienda para comprar algunas cosas para el día. Un par de bolsas de patatas
ndo por ella afuera. Era raro verla tan temprano, porque usualmente llegaba justo antes de la
bajarse del coche y caminar hacia ella. Alexa lev
n más tarea -respondió Alexa, levantando las manos
Era una clase tranquila, nada complicado, como siempre. Tomaron asiento y comenzaron a hablar de todo, desde la fiesta del f
nar el informe de Historia que ambas tenían que entregar ese día. El café y las patatas ya no eran suficientes para man
o entendía. Jade la observó por unos segundos, sabiendo que en realidad a Alexa no
e advirtió Jade, mientras escribía rápidamente en su propia
ya las esperaba para recibir los trabajos. Después de entregarlos, Jade se sintió aliviada, como si una gran carga se hubiera levantado de sus hombros. Y
su casa y, al llegar, subió directamente a su cuarto. Se quitó los zapatos y se tiró en la cama. Puso sus audífonos, seleccionó su lista de reproducción y se dejó lleva
l refrigerador y sacó algo de comida. Preparo un plato rápido, sin mucha creatividad, y se sentó a comer mientras veía un programa animado en la te
oz en grito algunas de las canciones de sus artistas favoritos: Pablo Alborán, Piso 21, Maluma. A veces, cantar le ayudaba a desconectar de
ue Jade tuviera tiempo de reaccionar, su amiga entró corriendo, con el cabello mojado y las manos llenas de bol
la casa. El cabello castaño claro de Alexa caía en cascada por su espalda, y su ropa parecía sacada de
e, curiosa, mientras comenzaba
o, con un escote bastante pronunciado, apenas cubría lo necesario; el otro,
n una expresión que dejaba claro
de, mirando a Alexa a los ojos con
xa, levantando una ceja y
s. -El negro. ¿Acaso crees que soy una p
racia la forma en que Jade había respondido. -Era una broma
lexa era incansable con sus bromas, pero al final siempre la ayudaba. D
habitación pensando en lo que se venía. La fiesta de la noche siguiente sería