ué es eso exactamente? ¿Por qué no está agotado como las personas normales?»
meras gotas de sudor de su frente con el pañuelo. Busco impacientemente el próximo banco. Como no hay n
sitio! -grito enfadada.
en miniatura. Y, de vez en cuando nos encontramos con varios buques sorpre
ntusiasmo y yo miro el velocímetro. -No est
me hubiera bebido mi oncena tacita de café, porque en el momento siguiente me doy cuenta de que mi padre est
uanto más a menudo te caigas, má
o, parece realmente cansado. El manillar se inclina de lado a lado y ha
e mala suerte. Un grito ensordecedor se le escapa al caer al suelo. Se quiebra y la
de mi estómago. Lo que recorre todo mi cuerpo, en unos segundos que parecen ser una
se encuentra tras esa espantosa caída. Estaba tendido, incapacitado, inmóv
cupada. Gracias a Dios se cayó de tal manera que la ru
nto ayudarle a ponerse en pie, pero esto
ntarse solo de nuevo.» Así
er? -pregunto ansiosa
ro caliente
no puedo ayud
ice quej
uidado que puede. No sé cuánta gente se detiene para ayudarnos. Hay muchos,
me recojo el pelo en una elegante coleta con un broche brillante. Siempre tengo ese broch
ella. Nuestra existencia consiste únicamente en esperar, aguardar y temer lo peor. El no saber dónde está, ha sido y continúa siendo un infierno. Y luego nos surgen las preguntas: «¿Estaría viva o muerta? ¿Dónde están entonces sus restos?» Una y otra vez,
su voz, despierto de mi letargo
aco una botella de agua de m
viendo la cola, salta entre él y su amo. -Creo que nos vendría bien un trago. -El perro ahora
rago a la botella. Resop
n aquí! ¡Ahora! -Campeón tiene una cabecilla obstinada. Como mi padre. Es muy terco y sigue sin escuchar.
alpo la herida y respiro con frenesí.
ienes notablemente más
en la derecha que en la izquierda.
guir así. -le
decir? -Me m
-le digo mientras trato de sacar con mis de
pregunta con los
nosotros. -le informo, intentando que mi voz su
uinando? -me pr
en mi teléfono y empiezo a bu
í es
ada, le miro, intentando no perder una palabra de su boca, pero no sale nad
ntestas! -Sus palabras de cons
Lo prometo. No te pr
o muy pr
ne que apoyarse en mí cuando se levanta. A estas
vez me las arreglaría para no meter la pata». Con dificul
estreses. -me dice lanzándome una mirada tierna.
ici cojeando y gira a la izquierda en una
e te sientes y descanses un poco. La saco, me la meto bajo el brazo y m
lo hago, entonces
echar la oportunidad para comen
a en el manubrio. -Así que, vamos a esperar tranquilamente hasta que ellos lleguen. -Lentamente estiro mi pierna derecha. Necesita
tiempo! -afirma mi
saje. -¡No lo creo! Lo más importante no solo es diversión, diversión, diversión. Tambi
Bea! -me reg
or
, me sentaré, pero solo un rati
ayu
este pobre anciano.
a risa, siempre era tan exagerado. -Lo prin
gita una mano de
muñeca se
la parte interior hacia arriba y comienzo a deter
está muy mal, pero no estoy realmente segura de por qué. Contempla todo con hosquedad. Entonces su estómago e
rle el diente a
s a brillantes, y sentí que hasta soltó una pequeña carcajada. Me gusta
brindándole una. Mi padre la coge rápi
-elogia y se embucha la si
oy el zumo. Bebe con avidez y veo cómo su nuez de Adán sube y baja con cada sorbo. Puedo ver
he! -Me levanto y miro haci
cabeza y empinándome en pu
l camión verde. -dice, mor
ahí por fin, ven