rse un café cargado. El frío de la mañana le golpeo el rostro cuando salió a la granja, todo está cubierto de rocío, y como
nque había veces que añoraba los tiempos pasados, cuando salía a trabajar con su difunto padre, mientras su madre hacía las tareas de
ra avisando que alguien se aproxima, ve como se acerca un hombre montando a caballo bastant
atención en él, ansioso por saber qué ha pasado. -Que bueno que te encuentro despiert
de inquietud cruzó por su mente. Arthur
s caderas, intentando mantener la calma. Aún tenía trab
con voz temblorosa-. Hay
oticia era difícil de dar, William lo sabía por su expresión.
dijo Arthur co
? -Pregunta
rido amigo
es algo que William pueda creer, para el hombre su hermano ahora debe estar con su esposa e hijos listo para irse a la universidad y estudiar para ser un buen abogado. Al
pelea e ida de su hermano Henry, ahora una vez más es quien de nuevo se c
lor en la mirada de su amigo, aunque es algu
staba seguro de querer escuchar la respuesta, y
, tragando saliva ante
u esposa estuvo metido en problemas reiteradas veces. Al final, todo lo alcanzo,
ry, puesto al igual que él, no les gusta sentir que necesita de otros para sobrevivir. Jamás pensó que lo perdería de esta manera, la ira, el dolor
nas un susurro, como si temiera que la respu
rthur, mirando al suelo. No quería
a despertar. Su hermano, el que había compartido tantas cosas con él, el que había dejado la gr
. Siempre había sido el hermano mayor, el p
lado, con unos ojos llenos de brillo y esperanza por una vida mejor al lado de su hermano. Nunca hablaron aparte
niños... -dijo Arthur, sin necesidad de
dre. Tom y Lucy... eran demasiado pequeños para comprender lo que significaba perder
su ser. No podía quedarse allí, parado, mirando el horizonte sin ha
ión firme. -Me haré cargo de traer el cuerpo d
sombra de alivio cru
que avise
esitaba el alboroto del pueblo, ni
as tanto de lo que encontra
Charlotte y los niños le llenaba el corazón de un dolor que no podía identificar completamente. Siempre había sido el
ales... Todo parecía seguir en su curso, ajeno a la tragedia que se estaba desmoronando en su familia. Era i
-preguntó William, su voz ahora más suave, un intento
lentamente c
lliam. No hay nadie más all
pilar para los niños, para Charlotte, y para sí mismo. Siempre había creído que su hermano, aunque distante y diferente a él, llevaría una vida más est
s -repitió Willia
se quedó mirando el sendero por el que había llegado. La tierra estaba empapada por el rocío mat
ías. Aun cuando su mente estaba llena de preguntas sin respuestas, sabía que debía cumplir con su deber como hermano, como tío y como hombre. A lo largo de su vida, había aprendido a ser pragmático, a hace
ndo al establo donde ve al jov
de 16 año se levanta
no fuiste
, pero... -Gua
ora no tiene tiempo de para
z, ahora debes acompañarme a
zaba, los recuerdos de la infancia llegaron a su mente: la risa de Henry, las tardes de verano cuando todo parecía tan simple, los juegos con su hermano pequeño, inclu
s a Leeds, se
hermano y
vivía en Londres. -D
rdar el tren y te llevo para que te traigas
completamente absorbida en lo que debía hacer. El viento frío del amanecer golpeaba sus mejillas mientras cabalgaban hacia el
s. El silencio solo se interrumpía por el sonido de los cascos de los caballos resonando en el su
puesta, lo agotaban. Pensaba en lo que había sido Henry: su hermano pequeño, lleno de sueños e ilusiones, que, sin embargo, terminó atrapado en las deudas y la desesperación. William había tratado de no pensar
ol ya se había elevado alto en el cielo, tiñendo de dorado los edificios de la ciudad. Al llegar, William se det
iam, con una mirada seria-. Tú regresas
has palabras. William se dirigió hacia la estación de tren, dond
e la muerte de su hermano se hacía más real en su pecho. Sabía que el dolor no desa
gitación interna de William solo aumentaba. Cambridge, el hogar de Henry,