u despacho en casa, casi en t
llí está la dirección
aba tan enojado esa noche, aborrecía casarse con una desconocida, y ese enojo se transformaba e
*
n de incertidumbre y vulnerabilidad. Intentaba descansar en una cama precaria, pe
arecía inminen
o, déjenme salir! -pidió con ese
o allí, horas
a consumían, mientras la debi
que aceleraron su corazón y se encogió tem
-soltó el tipo de vo
padre en lugar de usted -se escu
estómago. Le daba terror no saber que pa
árabe, cautivada por sus ojos verdes intensos y su apariencia imponente. Sus rasgos faciales bien definidos, como su mandíbula cuadrada y s
como si esa no fuera la
presar su barbilla, la elevó con fiereza y conectó con ella. Sus ojos ámbar lle
envoltura, me divertiré demasiado contigo, Juliette -saboreó su nombr
con miedo, lágrimas sal
ió y sonri
erme sin rechistar o conocerás mi furia, ahora levá
ameantes le advirtieron que desataría el infierno
un ti
adentros, aferrada a la idea de ver la luz, p
bía que no tenía opción. Se levantó con dificultad y lo sigu
*
u padre compró, era la joven que una vez lo miró a los ojos y le pidió que conserv
lar, después de hurgar en el bol
allí, volvió a ponerse la coraza,
onios est
ilidad le fascinó al árabe. La delgada chica, estaba e
repaba en ella, que no pudo estudiar el lugar. Estaba bloqueada, solo sab
antes de echarle una última mir
ayuda, era consciente de que su voz e
tivo ese hombre le dedicaba odio, y qué hizo para m
mi prometida, Melanie, está cansada,
, s
promet
ás, al enterarse que ese cruel esp
*
an desolada, pero plagada de lujo; volvió a ser atenaza
ue te plazca? Odio que hagas eso, ¡Come! -exclamó
n, ella se quejó de dolor. El ardor la recorría con f
ele
on urgencia agua fría sobre la zon
poco verás la luz del día -lanzó
sitaba atención médica urgente. Sin embargo, reco
entras intentaba encontrar una forma de escapar. Pero todo fue en vano, ya que la
uchaba contra el dolor y la impotencia. ¿Cómo podía
bombeaba con fuerza, sus manos se humedecían de solo evocarlo.
ría ha
tte lloraba a mare
s hacerlo -susurró desanima
a una liberac
ó y se lo guardó, no quería ser descubierta. Esperaba que él no se diera cu
das, señorita Juliette ¿e
baño -expresó
ta algo, s
-se limit
sus ojos y pronto aplicó un poc
tarde. La mujer no estaba allí, se recostó
so objeto y efectivo con
mata
razos cruzados, nec
volvió a esc
la continúa en
lamada telefóni
rió. Otra vez sus ojos furiosos
erse de nuevo?" ¡No tenía
us ojos se posaron en ella, algo cambió. Una chispa de int
colorearon levemente. Aquella mirada imperiosa despertó una mezcla de emocio
aptor la hací
e. Su paso era firme y decidido, mientras ella luchaba por mantener la
a joven maniobrar con el cúter, su objetivo se quedó en
tricó pese a saberlo, ella se llenó de
as incomprensibles. Hasta que hizo algo
, tampoco debía entregarse por completo a él. Pero el beso, fue una sinfonía de emociones, una danza exigente y
nó y la apar
besas. ¿Eres una mujer fáci
apretó lo
mat
la docilidad? Ahora se convertía en una felina.
lo! -desafió cerca, tiran
nada contra él. Por eso se burló, un
masculló p
dido, al punto de
No des un paso en falso, tampoco me insultes,
aré con un
o, antes de ponerlo sobre su delicado y d
ro aquí no tienes ni voz ni voto, soy tu amo, Julie
a rozó su pálida piel, lo suficiente para de