había estado acostumbrado a desenvolverse desde su compromiso con Lucía. La demanda era clara: disolución del vínculo matrimoni
, su abogado repasaba los papeles con gesto imperturbable. Mateo, sentado frente a ellos, se sen
en recordar los días recientes en los que Lucía le comentó que alguien parecía estar siguiéndola. "Quizás solo
emanda, la señora Dana Reyes solicita la disolución del matrimonio por motivos de abandono y deshonest
e la verdad, aunque parcial, estaba en su contra. Había abandonado a
s manos aquel sobre con el resultado positivo de la prueba de embarazo. Él había mirado hacia otro lado, incapaz de enf
so de pie, ajustándose l
es la misma donde vive su prometida, Lucía Alvarado. Consideramos pertinente que esta información sea incluida en el proce
lo inquietaba más de lo que quería admitir. Sabía lo protectora que era su prometida con su privacidad. Si Lucía se enteraba
en su defensa, señor To
ta y se puso de pie, trat
la señora Reyes para asegurar que reciba el apoyo necesario tanto ella como el hijo que
laramente no impresionado p
señor Torres, que los detalles relevantes para este caso
mbio, sin parpadear. Cuando el juez anunció un receso, ella
ía antes de que alguien más lo hiciera, pero las palabras se le atascaban en
ante la justicia, la victoria no le sabía dulce. Lo único que quería era asegurarse de que su hijo tuviera lo que m
ara, que ahora llevaba siete meses de embarazo, soste
a con satisfacción-. Ya
, compartien
ictoria que necesitábamos. Al menos ahor
ón no era ideal, aquel momento de triunfo compartido las llenó de una renovada determinación. Sabían que
más temía no era la reacción de Dana ni la decisión del juez, sino el momento inevitable en el que Lucí