9 : La

staurante privado, Carla sinti

lí. Hombres peligrosos, acostumbrados a imponerse, a manda

r de diamantes brillaba en su cuello como una marca de posesión. Ca

u lado, sonri

ando. Sabía que la deseaban. Y es

iciándola distraídamente mientras conversaba de negocios con sus

, Fabrizio se levantó, haciend

hacer un

io cayó e

be mantenerse firme. Y yo... -hizo una pausa, mirando a

uraban, ex

caja de terciopelo negro y la abrió, reve

que el aire l

aquí, n

e eras especial. Diferente. Q

frente a ella, tomándo

Quiero que lleves mi apellido, qu

quedó e

nía o

ía rec

vaban, esperan

stinto de supervi

do, dejando que sus ojos bril

claro

tallido de

atisfacción y deslizó

ccionar, la sujetó por la cin

por un segundo... pero lu

le gu

o odiara... le encantab

ustaba más

arla después del beso, con una

voz fue un susurro cálido en

alda. No sabía si fue por sus palabras o por

hombres importantes de la mesa, cerrando acuerdos y fortal

ando un joven s

oches, be

hombre de cabello castaño oscuro, ojos intens

Angello

do la hiz

ma

zio y los Roman

orprendiéndose a sí misma al pronunci

de lado, observán

lgo en ti que me

tragó

demasiado con él, pero su mirada era in

antes -respondió con la mej

e, recordaría a

antes de que Carla pudiera reaccionar,

riz

era dura, frí

esposa, Romano? -Su vo

pero la chispa desafiante

omiso. Después de todo, no todos los dí

ró los ojos, su m

tura de Carla, atrayéndol

to tus fel

e se cargó

rizio en su cintura, como si quisie

u mirada se desvió hacia Carla por ú

que sean

elta y se al

l cuerpo de Fabrizi

a, le susur

que te ac

o admitía

tragó

he, sintió que la verdadera gu

gundo. Su agarre era firme, dominante, como si

cesidad de palabras: Eres mía, y

que mejor sabí

parente adoración, como si fuera l

ó con un tono suave, deslizan

la mirada, leyendo e

gus

aba ver

que sabía que, aunque fingiera, poco a poco

-Su tono fue bajo, cas

su estómago

lo que Fabrizio

o ahora, no con todas

la se mantuvo a su lado, jugando

uando de

ternura cuando

gunos momentos, dándole a la gente la i

briz

n, disfrutando cada instante en que ella refor

ue Carla

nrisa fingida, con c

endo más en la