do la distancia que Jazmín
con voz suave, la preocupa
ón que intentaba ocultar su verdadero sentir. Suspiró
qué di
eropuerto... te noto dife
stración que no pasó desapercibido para Jiar. Su mirada se detuvo
s profesional. Agradezco tu... efusividad, pero necesito
nte, se llevó un dedo a los labios en un gesto de silencio dirigido a Jiar, como si compartieran
un miembro del personal
señor Yeon se siente me
Jazmín. La preocupación que la había estado consumi
calidez que contrastaba con la frialdad qu
d se instaló en su rostro. Su mirada se desvió brevemente hacia un punto indefinido en el suelo, sus manos se cerraron en puños a sus costados, tensando los músculos de sus brazos, y su mandíbula se apretó ligeramente. Su
sito que mantengamos cierta dist
able. Jiar respiró profundamente,
guntó con voz b
la mirada, evi
la imagen de Éclat. No qu
ta de incredulidad en su voz-. ¿Crees que
esponder. Jiar dio un paso adelante,
ser honesto con uno mismo. Hace unos años, al principio de mi carrera, tuve que ocultar mucho de quien era para encajar. Fue horrible. Me sentía atrapado, viviendo una m
. Él es como un hermano para mí. Pero... a veces siento que... -Jiar hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas-. Que le das más importancia a él que a m
ulpa y confusión. No era su intención hacer sentir menos a Jiar. De hecho, lo apreciaba mucho, pero la situación con Jin y, sobre todo, la presión constante que sentía por mantener una imagen impecable, la habían llevado a comportarse de una manera que no era justa ni con él ni consigo misma. También se dio cuen
o para ordenar sus propios sentimientos. Justo en ese momento, recordó la razón por la que había interrumpido su conversación. No era solo una distracción lo que buscaba, sino una confirmación de que todo estaba bien con Jin, la principal razón de su desasosiego inicial. Antes de dirigirse a su habitación, tomó la tableta que descansaba sobre su escritorio y revisó los correos electrónicos que el doctor Ramirez le había enviado con el informe del estado de salud de los chicos. Un suspiro de alivio la recorrió al leer que ninguno, aparte de Jin, presentaba fiebre. El informe de Jin es