se había asegurado de visitarlo brevemente. Lo encontró durmiendo plácidamente, bajo la atenta mirada de una enfermera del equipo del doctor Ramirez. Verlo descansar la tra
esar lo que estaba sintiendo. Ahora, sin embargo, la calma se había convertido en una tortura. En su estudio, los bocetos permanecían inertes bajo su mirada distraída. El abrazo
ecimiento», se repetía mentalmente. La había visto tensa en el aeropuerto, y su breve encuentro con la mirada de Jazmín al despedirse
ó suavemente y Ji
r? -preguntó
ros simplemente prendidos con alfileres, creando un collage de ideas y proyectos. Una gran mesa de dibujo ocupaba el centro de la habitación, cubierta de lápices, pinceles, acuarelas y muestras de tela. En un rincón, un moderno
... tensa -dijo Jiar
o con disimulo. Notó las ligeras ojeras bajo sus ojos, la sombra de cansancio que oscurecía su mirada. «Parece que no ha dormido bien», pensó, sintiendo una punzada de preocupación. Sin em
eraba que Jazmín se preocupara por él. Una leve so
más ligero-. Estaba... preocupa
a sus mejillas. Bajó la mirada,
ijo en voz baja, aunque una pequeña part
que ella evitaba hablar de sí misma. Suspiró suavemente y extendió una mano, d
tamente a los ojos-. De verdad, estoy preocupado por ti. Y
omputadora y sus accesorios de dibujo, tanto digitales como tradicionales. Lo miró fijamente, estudiando sus gestos, la forma en que l
amente. El resto de su melena caía sobre sus hombros. Admiró el conjunto que vestía: una blusa de seda color crema con un corte asimétrico que dejaba al descubierto uno de sus hombros, combinada con unos pantalones de vestir de talle alto color negro que estilizaban su figura. El conjunto era elega
s mejillas, tiñéndolas de un carmesí intenso. Sus nervios se dispararon. Intentó mantener la compostura, pero su corazón
un lápiz que había tomado del escritorio, haciéndolo rodar entre sus dedos. Intentó aclarar
nerviosismo. Una pequeña sonrisa se dib
ella-. Pero Hana dijo que está mejorando. Quería... querí
bocetos sobre la mesa, intentando con todas sus fuerzas ignorar la punzada de culpa que sintió a