l imponente edificio de cristal reflejaba la luz del sol en una esquina exclusiva de la ciudad, su hogar y su oficina desde hacía años. Allí, rodeado de su equipo de confianza, había construi
o de que lo que tenían era lo que debía ser: una relación sólida, basada en el respeto mutuo y en los valores que compartían. Ella había sido su compañera ideal, su compañ
iferente. La llamada de su asistent
n el nuevo asesor, Ricardo Sánchez. ¿Está listo par
nes eran parte de su rutina. Después de todo, tenía que adaptarse a los cambios del mercado, y había aceptado la recomendación de su
re, por favor. -Resp
lto, de cabello oscuro y con unos ojos penetrantes que parecían analizar cada rincón de la habitación antes de posar su mirada en Víctor. Su actitud er
do, estrechando su mano con firmeza. -U
mbre estaba bien vestido, pero había algo en su presencia que no podía ignorar. Un magnetismo sut
o sobre ti. -Respondió Víctor, manteniendo su
o en la forma en que Ricardo se movía, en su lenguaje corporal, lo desconcertaba. Era un hombre seguro, sin ser arrogante, con una presencia que parecía e
gunas ideas sobre cómo podemos expandir la empresa en mercados donde aún no hemos penetrado de forma significativa.
a invadir su mente de manera diferente, mucho más allá de la profesionalidad que le atribuía a una conversación de negocios. Sus palabras fluían
ño sentimiento que crecía en su interior. Era un leve cosquilleo, un roce de algo que no entendía. Trató de concentrarse en los datos que Ricardo com
parecía estar envuelto en una nube. Cuando Ricardo se levantó para irse, Víctor se
racias por tu tiempo, Ricardo. -Dijo Víctor, forzando
or sentado en su silla, perdido en sus propios pensamientos. ¿Qué había sido
rataba de deshacerse de esa sensación, volvía con más fuerza. Sabía que tenía que poner su atención en su trabajo, en su familia, pero algo en él lo empujaba a seguir pensando en R
mantener su equilibrio. La conversación de esa noche transcurrió como siempre. Sofía hablaba de las actividades
aban con sensaciones que no quería explorar. Lo que había comenzado como una relación profesional ahora lo había arra
abrazó con ternura, pero Víctor no pudo corresponderle con el mism