gratitud lo que ardía bajo su piel cuando miraba a Aroon y Thanom. Era algo más oscuro. Más visceral. Un deseo la
eso decía la lógica. Pero Lila n
n ella se encendía. Y cuando Thanom la observaba en silencio, con esa intensidad que parecía
siluetas bajo el neón moribundo del letrero. Dos fuerzas opuestas,
ero calor estaba ahí, parado frente a ella. Uno con las manos en l
-dijo Thanom. No fue un
a pared, su voz ronca como el ron barato y su sonrisa lista pa
e jugaban. Lo sabían ellos también. Pero lo que los volvía l
aso, cada giro, cada intención oculta. Se mordió el labio inferior, saboreando el momento. F
pecho ardiente. Sintió el músculo firme bajo la tela y se
e no intentarás monopol
a, y deslizó las manos hasta su
osa. Pero puedo hacer q
suave y tomó la mano de Thanom. Sus dedos eran más fríos. Pero el a
lo cargado de tentación-, ¿vas a dejar
itaba. Le sostuvo la mirada como si pudiera de
e no lo p
o le recorri
o con fuego.
ego C
es de neón teñían los cuerpos sudorosos de rojo, azul y deseo. La música era u
ía entre ellos, bailando con Aroon, rozando a Thanom, resp
u cuerpo con una sonrisa que gritaba pecado. Su boca se acerca
s manos siempre listas, su cuerpo contenido como una bomba sin exp
ie. Pero esa noche
o s
aba como una cuerda fina al borde de romperse. Un juego pe
mpezó a vaciarse, salieron a la ca
s. Aroon le sujetaba un
Era poético.
ncendida. Su vestido, húmedo de sudor y prom
red, sabían que perders
ico desti