erpo presente pero la mente anclada en otra dimensión, donde seguía ocurriendo aquella noche: el beso salvaje, el p
ritmo habitual. Dentro de
ico hilo que aún podía
es, con ese tono entre juguetón y protector que antes le parecía encantador, p
aneciste,
guridad? Estoy de guardia, pe
extr
Porque necesitaba una excusa, un puente. Sabía que si
n café cerca de la comandancia,
apareció de la nada la ot
ula se tensó, y los dedos jugaron con la
reguntas es
ínimo sería saber el nombre de alg
ecta de lo que planeaba. Iván
para
su mirada. No
ue par
la silla y suspiró. Y
te con él. Es un tipo... compl
los brazos,
por eso m
no con gracia. Era
Porque lo que pasó esa noche fue... salva
recuerdo más que
Su tono cambió, volvi
, no es alguien con quien puedas hablar como hablas conmigo.
í eres p
resp
o más. Le escribió por
lama. O no vuel
silencio habitual, y el teléfono vibró cu
llamada.
lama? -preguntó ella apen
me que no lo
do prom
l otro lado.
Elías M. Pero no diga
ertir
Ni libre. Ni siquiera segu
o a culpa, pero no duró. Porque en cuanto colgó,
ías
erta. Un detonante. U
cómo se llamaba,
uería verlo. Hablarle. Volver a sentir el
bre. Y eso era más pelig
n con Iván. Ni siquiera contestó su último "¿Estás
mero de la central policial en su teléfono. Las manos
rc
a policial,
. ¿Podrían transferirme con el agente Elías M? Creo que t
ro lado, apenas unos segundo
o de la
provisó si
en la sede. Lo vi hace poco en un operativo y quedó a
r dudó, pe
ento, p
o una corriente le recorría la espa
había vue
so hacia algo que no sa
a era la parte qu