.m. en
an el mármol con la cadencia precisa de quien no está dispuesta a mostrar una sol
na en el ascensor. Y aunque durante todo el día se repitió que
icó la puerta de la
esperando, s
có suavemente y, sin espera
ranja con el atardecer. Había elegancia en cada detalle: una biblioteca minimalista, una cafetera ita
ole la espalda, observando
o siempre -di
o años -respondió ella, dejando la carp
aldo de la silla, las mangas de la camisa dobladas con descuido c
no perdis
vos no perd
. Largo. S
n, rodeando el escritor
e de pie. No plan
irarla-. Tu estrategia del último trimestre fue eficaz, p
brillantez. Pensé que esta era una
endo la manera en que se mide el valor de cada person
zar la voz, pero con una firmeza qu
o más. Luego se recostó en s
echo, eras brillante. Apasionada. C
apretó l
a empresa o de lo que
o-. Vos decidiste que tu carrera era más importante que nosotros. Ahora
ole los ojos-. Tomé una decisión. Vos no vini
cia adelante, los cod
ás sin saber si alguna vez ibas a volver? ¿Vos, tan ambiciosa, t
o pesó com
confiaras en nosotros. Que confia
elegist
ndo entre ellos, com
bló. Solo se escuchaba el sonido su
os brazos-. ¿Vas a usar tu puesto para hacerme
-dijo él-. Sería demasiado fácil. Y
ces qué
aminó lento hacia el
i seguís siendo esa mujer capaz de incendiar el mundo por una
él, deteniéndose a u
nal. No te confundas. Soy buena en lo q
erca. Más de lo que deberían
ro igual lo vas a hacer. Porque te con
ó quieta. No
oy la
tamp
gada de lo que no se decía. Palabras no pronunciadas, gesto
primero en ro
unión
do más. Luego asintió. Tom
puerta, escuchó s
len
etuvo sin
stuvis
ustarte. Vin
e f
frente a la ciudad, con el sol casi escondido y un