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. Mis ojos lucharon por abrirse, me sentía muy cansada y letárgica. En esa fracción de segundo, los pensa
ara nuestro pequeño prisionero aquí. No puedo esperar para most
ante aún, ¿qué esperaban hacer conmigo? El pánico se apoderó de lo más profundo de mi pech
có Álvaro con tanta maldad goteando de su voz. "No hay posibilidad, amigo, las cadenas son para mi pura diversión", se rió entre dient
botella de spray corporal Axe. El otro, Álvaro, olía a cítricos en exceso. Sus olores hacían fácil detectar quién estaba cerca y quién más lejos. Estaba agradecido por mis sentidos de lobo, me quedé allí preparándome para lo que estaba por venir. Mantuve mis ojos cerradosé las paredes de cemento que me atrapaban mientras el recuerdo de mi encuentro con Alfa Dareck y Luna Beverly se sumergía en mi mente. El suelo sobre el que yacía estaba helado, mi vestido estaba hecho jirones a lo largo del torso, aunque agradecí q
ómo sus ojos dorados se conectaron con los míos, sentí como si estuviera pidiendo aceptación a mi lobo y a mí. La forma en que sus labios tocaron mi cuello me hizo sentir como si su corazón también estuviera dando un vuelco ante nuestro toque. ¿Por qué permitió que las cosas empeoraran como lo hicieron si no le importaba? Pero ahora él era el Alfa de nuestra manada y permitió que esta tortura viniera a mí, lo cual era un hecho que sabía que era cie
esprendida por su olor, "buenas noches princesa, ya era hora de que te
Me hice un ovillo y me arrastré hacia la esquina de la celda, perdiendo más lentejuelas de mi vestido con cada empujón de mis piernas. Sabí
Metió la mano en el bolsillo de los pantalones cargo beige y lo sacó, burlándose de mí con un solo movimiento de muñeca. Se acercó hasta que estuvo en cuclillas frente a mí. "Parece que hoy es tu día de suerte, putita", enfatizó la putita como
Apreté los dientes con angustia reuniendo todo el coraje que me quedaba, "¿De verdad crees que estoy tan desesperada y no tengo a nadie más a quien follar e
qué un nervio, cariño? Me pregunto qué te tiene enredado: ¿podría ser que otra loba no tiene interés en follarte o que estás dura por tu Luna?", puse la sonrisa más dulce que pude reunir. Su mirada de shock mezclada con i
mpre le ha encantado la persecución", se rió entre dientes hacia Álvaro mientras con confianza agarraba el cinturón de cuero negro de Álvaro de su mano y lo colocaba alrededor de mi
agas de malla blanca estaban completamente expuestas. Las yemas de los dedos se asomaron a la parte superior de mi tanga mientras él ajustaba más el cinturón alrededor de mi cuello. El cuero rozó mi cuello, segu
e segundo hasta que Gonzalo escupió: "Las cadenas. Las cadenas están aquí. Va a ser una noche larga para ti, nuestro pequeño lobo guarro". Él sonrió directamente al lado de mi oreja y gritó "tráe