Obsesión Carmesí.

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o que es el mundo de los adultos. Y justo ahora, me siento como si estuviese atrapada en una caja de cristal, siendo tan diminut

edo odiarlo más. Soy una temerosa chica que se ha ocultado en la madriguera del conejo blanco por mucho tiempo, y ahora no

y es una de esas noches en la que mi corazón parece querer romper mi ca

fusa realidad? ¿O fingir que estoy cuerda y

como odi

adrugada de abril, mis días y noches se tornaron en un auténtico tormento

ta y con su piel tan pálida como un triste lienzo sin pintar. Antes de que pudiese premeditarlo, mis lágrimas bañ

as. Pero, el hoyo que hoy sustituye mi alma, no parece tener fondo, cada minuto que transcurre el dolor parece incrementar, puedo recordarla, pero, no como la amiga extrovertida que siempre tenía alg

uería seguir lamiendo la sangre de mis heridas como si fuese un acto abominable. Necesitaba calmarme, siento

sas palabras que no fueron dichas, esos sentimientos guardados tan a lo pr

l realmente exista, le debe una disculpa a muchos, aunque, a éstas alturas no tengo porqué cuestionarme su existenc

e mis inseguridades y ansiedades, no le he dado la cara al mundo desde que ella partió. Encontrar el cadáver de tu mejor amiga en

sobre éste, dejando huellas de color azul por todas partes, comencé a exhalar aire den

si me hubie

obre la almohada, soltando uno de esos alaridos que expresa

, ver el asiento vacío de Hannah va a ser la peor parte, no estoy del todo preparada para r

:

alpable. Debo aprender a ir paso a paso, después de seis largos tempestuosos meses cargados de mucha aflicción, es complicado relacionarme so

i estuviese gritando, torné mis ojos en blanco y murmuré una m

actuando como una autentica cobarde desviando las llamas y evitándolo a toda costa, de todos modos, tengo motivos para hacerlo. Mason tiene el pésimo defecto

az de ocultar mi malestar.- ¿Cómo se encu

ntas indiscretas y de su constante seguimiento. Esa es mi misión a partir de ahora, empujar las sombras lejos d

ayer en la cena que hoy retoma

que una persona como lo es él posee, me gustaría de antemano cor

uedo faltar, al parecer habrá un seminario imp

da en lo que parecía ser un lapso de tiempo i

os al teléfono cuando ya me veo invadida por esa necesidad de colgar y no

mano, l

o, ¿cómo podría hacerlo? Apenas puedo mantener una conversación básica, y él no ha sido la pers

ar un poco antes de que la rutina

ercibir la preocupación detrás del teléfono, sé que quería asegurarse de que estuviera bien, pero oj

¿está bien? No te preocupes, tendré un bu

rle lo sola y angustiada que me encontraba. Sé con certeza la fina línea que debe mantener un psicólogo con los familiares para evitar cua

hica que tuvo la trágica historia de verano, pobrecilla". Tendré la frente en alto y actuaré como si lo peor no hubiese pasado, sé que ese no es el deber, pero siempre he sido una mujer or

preguntándome firmemente: "¿Estoy completamente segura de esto?". Por supuesto que sí, ya no hay tiempo para dudas,

*

pasos un poco apresurados y sin bajar la cabeza en ningún momento, me las arreglé para llegar al salón de conferencias. Se encontraba casi vacío, sólo dos

por el enorme arrepentimiento que me embargaba en éste instante. Venir sin duda no fue la mejor idea, aún no estoy

tte Harrison, mala semana

de universitarios eufóricos, no paraban de charlar y reír, tantas voces al unísono me empezaron a estresar, me removí incómoda en el asiento tratando de asimilar la