ela
Sopa caliente y vasos
rotegiéndola con su propio cuerpo. Gruñó cuando el líquido hirvi
ntó frenéticamente, sus manos revisando su ca
voz un poco temblorosa. "Solo un
a. Mientras tú no estés herida". La levantó como si no pesara nada
hacia atrás
azo, empapando mi vestido y quemándome el muslo. Un dolor agudo
nuevo, en un momento de puro i
rosas y salí del restaurante sola. Tomé un taxi a la clínica de urg
rado. La limpiaron, aplicaron ungüento y la envol
ia, vi la última publicación de Sofía. Una foto de Javier aplicándole suavemente
. Qué suerte tener un hombre qu
l siempre había sido atento, trayéndome flores, recordando aniversarios. Pero viéndolo c
o vibró. E
iento mucho, Bela. Tuve que llevar a Sof
espo
erta. Vio el grueso vendaje en mi p
pecialista privado, que estaba en camino con los mejores tratamientos para que
uave. "Debería haberte revisado", murmuró, su voz espesa de arrepentimiento. "Es solo que... con la condi
hermosa
"No necesitas hacer promesas que no puedes cumplir. Despué
pequeña caja de terciopelo de su bolsillo y la abrió. Dentro había un collar de diamantes, brillando ba
su rostro suplicante. Con calma, e
ía apropiado que la acompañante de tu
le abrí la puerta. Se fue, con un aspecto completamen
eto flagrante. Javier estaba constantemente al lado de Sofía. Para celebrar su
olgaban de los árboles, y el aire olía a rosas y champán. Sofía
os extravagantes. Un coche deportivo antiguo, una pintura rara, un semental
surrar detrás de mí. "Como un príncipe y su princes