n, o más bien, el departamento que compartía con Adrián y Damián. Me movía com
o cada cosa que Adrián me había dado. La primera edición del Quiroz de anatomía, el delicado
. Los dejé caer, uno por uno, en una gran bol
izo clic. La p
una imitación perfecta del ten
ris favorito de Adrián, una sua
di la
Mi voz era algo crudo y
un segundo antes de recuperarse, su exp
a? Me enteré d
odearme con sus brazos.
tiras-. La residencia... no es el fin del mundo, Eva. Hab
rne viva. Mis uñas se clavaban en mis palmas. Su ac
y familiar. Era el cuerpo que había amado, el cuerpo en el
do la parte de atrás de mi cuello. Me quedé allí,
che, mientras flotaba en un sueño inquiet
ra e
pesa por el sueño y un anhelo
nza al que ni siquiera sabía que me aferraba -que tal vez, solo
lejos, c
eguntó, con la
decir, saliendo de la ca
pero funcionó. Suspiró, un sonido d
lo déjame abra
quedé allí durante horas, mirando la oscuridad. La sensación de su piel contra l
inistración del hospital para entregar mi renu
liento-. El Dr. Elizondo quiere
El Dr. Elizondo era el jefe
me invadió. Tenía el terrible present