sta de Alin
r su pecho en un gesto posesivo que era a la vez empalagoso y territor
ra que yo la oyera. Su voz era un veneno sacarino-. Siempre te
ón, pintándome como una depredadora de la que necesita
us ojos contenían una súplica silenciosa y desespera
s. Había navegado negociaciones hostiles, calmado a inversores furiosos y reescrito planes de negocio enteros de la noche a la maña
máscara que había perfeccionado a lo largo de los años, una que n
cristal-. Podría haber un malentendido. Benjamín
alabras flotaran en el aire antes
e hemos tenido, junto con las grabaciones con fecha y hora de las cámaras de seguridad de la oficina de lo
hiperprofesional, que la dejó
rovechó la
el pelo-. Alina es una profesional
vemente hac
to hablar rápidamente con Alina sobre el acuerdo co
ro antes de salir contoneándose de la oficina, cerrando la pu
ano por su ya desordenado cabell
nzó, su voz
mano, inte
N
on la boca e
ente logró decir-.
Una novia que trajiste a
eca ante mi
ste... todo este desastre... voy a duplicart
r mi perdón, tapar la herida abierta de su traición con un fajo
breve
aseguraré de que Recu
na, dejándolo allí de pie en medio
ipal, una víbora atacó de nuevo. Katia me estaba esper
ta para que los pocos empleados que llegaban tempran
n mi cuerpo, su lab
anto por llamar la atención de los hom
ompletamente profesional. Era un uniforme para las muje
estándar, Katia -dije, mi pacien
. Prácticamente grita 'mírenme'. ¿No tienes vergüenza? An
sí, pero era conservador según cualquier estándar razonable. Llamarlo revelador no
racionalidad de su ataque. Había pasado años cultivando una imagen de profesionalismo impecable. Mi guardarropa era parte de eso: un es
Se trataba de su inseguridad. Estaba proyectando sus propios miedos e insuficienc
n la esta
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