img Novia Renacida, Ya no tu víctima  /  Capítulo 2 | 18.18%
Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:1395    |    Actualizado en: 17/10/2025

Herrer

u jaula. Siete días. Ciento sesenta y ocho horas. Una oportunidad para rebobinar la cinta, para borrar la

uperar sus vidas. Mamá. Papá. El pensamien

una vez imaginé como un cuarto de bebé- y encontré un escondite. Deslicé con cuidado el precioso boleto dent

l vientre triunfante y embarazado de Brenda ardían detrás de mis párpados. Los veía juntos en nuestra casa, durmi

a. La distribución era la misma, un miembro fantasma de mi antigua vida, pero cada detalle estaba mal. En

dije que a menudo me despertaba con sed. Un pequeño gesto de amor irreflexivo que ahora se

uedes

. Mateo estaba en el umbral, una silueta contra la

resencia absorbiendo el aire de la habitación. No me miró. Era co

ocante. Tenía que decir algo. No po

-dije, mi voz a

davía de es

a dormir sin leche tibia. E

cando leche para él. Estaba atendiendo a su esposa embaraz

s? ¿No nos recuerdas?- murieron en mi gargant

ara irme, para re

of

una pizca de tonta esperan

ba fija en mi mano, que de

-dijo, su voz plana-.

lizado, una pequeña e intrincada 'S' y 'M' entrelazadas. Me la había dado el día que cerramos

instintivamente

nté, aunque ya sa

o a la casa -dijo simplemente, como si discutie

mi llave. N

o frío, estaba desmantelando sistemáticamente cada pieza de la vida que habíamos constr

la llave del llavero. El metal estaba

dos rozaran los míos,

voz desprovista d

regreso a la habitación de invitados y cerré la puerta, apoyánd

ama

ble como la muerte de mis padres. La amaba lo suficiente como para borra

a. Mi mano fue a mi estómago, plano y vacío. Una

embarazo. Dio positivo. Estaba esperando un hijo de Mateo. Había planeado decírselo esa noche,

ra mujer. Y en mi dolor e ira, había huido.

aramente quería, un hijo que atesoraba. ¿Y el mío? Nuestro bebé er

í en ab

aban hundidos, bordeados de rojo. Su rostro estaba pálido y demacrado. Me ec

mesa donde se suponía que Mateo y yo tendríamos nuestro primer desayuno como marido y mujer. Él le es

un puñetazo e

brillante y enfermizamente dulce-. Ven, únete a nosot

é. ¿Cómo

a vista, su exp

bienvenida -dijo, su voz teñida con un filo de advertenc

buscado información sobre su rival

omo una invitada no deseada en mi propio funeral. María, la sirv

cake del tenedor de Mateo, ap

duele la espalda ot

, su voz suavizándose en un tono de pura adoración que

, acurrucándose más cerca de

ntimidad casual y sin esfuerzo lo que más dolía. Los momentos tranquilos,

eliberado y cruel diseñado para mostrarme exactamente lo que había perdido.

s, el sonido del raspado f

per

e salir

Mateo era aguda, de

di la

nteón -dijo, su tono plano y profesional

estaba dando esto, una oportunidad de verlos. Pero no era un acto de bondad. Era

dirección de las tu

-

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY