ista de So
rtículos de tocador de mi madre y una muda de ropa limpia colgada al hombro. Ana todavía dormía, descansando tranquilament
sedán negro se detuvo junto a la acera.
ajo, y él se inclinó, su rostro una máscara cu
er cómo estaba Ana. Sub
era, agarrando la
r un café -dije,
la voz que usaba para explicar un procedimiento complejo a una familia
sitas a mi madre habían disminuido a casi nada. Siempre estaba "atrapado en cirugía" o "saturado de consultas". La última vez que vin
e, tenía todo el
ir yo misma -dije, ma
racticada de paciencia cansada-. Solo est
en su coche, todavía en una caja de diseñador. Era un regalo para Ivonne, para uno de sus "días malos". Había perdido el contr
ció llevarla, ella se negó cortésmente, diciéndole que tomaría un taxi. Nunca explicó por qué, pe
y derrotada, solo quería evitar otra escena pública. Suspiré
un destello de tr
ián me está llevando. No te preocupes, to
racterístico de Ivonne. Mis ojos escanearon el interior. Metido en el bolsillo lateral de la puerta del pasajero había un
a foto de
a gala de caridad. Damián estaba entre ellas, con los brazos alrededor de ambas
pesado se acumul
-dije, mi voz desp
, luego volvió
dijo tan casualmente, como si fuera lo más normal del mundo que
de ti jugando al hij
una mir
y sola. Ximena se preocupa constantemente por ell
er su mano? -repliqué, la ira que había estado r
ó, sus nudillos blancos en el volante-. Su presi
el Instagram de Ximena -di
ves en las redes sociales -se
ortamiento. ¿Ahora? Simplemente estaba cansada. La lucha se había ido de mí, reemplazada por una cl
dije, señalando hacia la
tello de molest
los medicamentos de emergencia d
mirar por la ventana-. Te has convertido en su médico
e juro po
. Estaba acostumbrado a mi fuego, a mis lágrimas. Esta fría indiferencia era un territ
baja-. No queremos llegar tar
un hombre que literalmente podía sostener una vida en sus manos, pero en
su teléfono, conectado al Bluetooth del coche, sonó. El n
a Gal
culpa en sus ojos, pero
na? ¿Q
llena de pánico, llen
respirar! ¡Dice que siente el pecho apretado otra vez! ¿
n no
enla tranquila. Estaré
hacia mí, su expresión una mezc
irme. Es un
ando sin ceremonias la bolsa con l
nfermeras por ti -dijo, ya conce
alía tambaleándome del coche, la bolsa se me resbaló de las manos. Cayó al pavimento con un ruido sordo y repugnante. Un pequeño pájaro
or, sus llantas rechinando mientras se alejaba de la acera, dejándome allí de p
azul y blanco sobre el suelo gris. Y por
encontré a mi madre despierta, con los ojos cla
dad? -preguntó, su v
eza, con un nudo
na emer
sonrisa triste
en, Sofí
o s
stesiando. Estaba somnolienta, pero escuché a las enfermeras hablar. Dijero
azó un camino
desearía que no tu
orazón doliendo por
importa
ojos buscan
en chico, Sofía.
do por un hombre que ya no reconocía. Un hombre que elegiría

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